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domingo, 22 de octubre de 2023

“La Redención del Camarada Petrov”, el nuevo libro del economista y escritor Eduardo Sguiglia

Con la solidez y la atención en el detalle preciso que lo caracteriza, el escritor Eduardo Sguiglia lanza su pluma hacia un universo de historias, acontecimientos y hechos reales, entre ellos, la sangrienta lucha de Hitler por terminar con el comunismo y, en contrapartida, la Gran Guerra Patriótica.


Por Graciana Petrone

En “La redención del camarada Petrov” (Edhasa 2023) el economista y escritor Eduardo Sguiglia regresa al pasado, con un halo benjaminiano que se vislumbra desde el título, para contar la vida de quien le da nombre al libro: el coronel soviético que tuvo que tomar, en cuestión de segundos y en soledad, la decisión que evitó una guerra nuclear entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Estados Unidos.

Stanislav Petrov estaba de guardia la noche que fue llamada como “El Equinoccio de Otoño del 26 de septiembre 1983”. Se activaron las alarmas de que varios misiles estadounidenses se dirigían a Moscú. “El protocolo era claro: había que responder de inmediato, sin dudarlo, aunque esto desatara un enfrentamiento atómico. La moneda estaba en el aire, el futuro de la humanidad se jugaba en esos instantes”, señala la contratapa del libro. Aún así, Petrov dudó de las señales que emitían las computadoras y fue otra la historia. “Hoy vos y yo no estaríamos hablando”, dice Sguiglia en diálogo con Conclusión.

Con la solidez y la atención en el detalle preciso que lo caracteriza, el escritor lanza su pluma hacia un universo de historias, acontecimientos y hechos reales, entre ellos, la sangrienta lucha de Hitler por terminar con el comunismo y, en contrapartida, la Gran Guerra Patriótica en la que los soviéticos pretendían mostrar que habían vencido al fascismo europeo.

Y ese concepto de “Patriada que no debe confundirse con el cuartelazo (…)”, como escribió Borges alguna vez, aunque en otro contexto y en otros tiempos en el prólogo del poema “El Paso de Los Libres” de Arturo Jauretche, sea quizá lo más parecido al punto de partida de Sguiglia para contar los hechos. Porque Jauretche estuvo allí, en el frente de batalla, mientras que el personaje de ficción que eligió el economista para su novela también lo estuvo:  Se trata de Juan Meyer, un médico argentino que en “La Redención del Camarada Petrov” es utilizado para hilvanar los hechos reales.

Meyer estaba al mando de la unidad de combate soviético en una fila de partisanos y, al igual que Jauretche, puede contar la historia desde otro lugar, ya que estuvo en ella. Una novela que mantiene el vilo al lector desde principio a fin, pese a que muchos sepan el final.

— ¿Cómo surge la idea de incursionar en esta historia?

— Me enteré hace veinte años. De casualidad estaba en Naciones Unidas en Nueva York cuando trabajaba en Cancillería, y había un pequeño acto, modestísimo, en donde estaban celebrando lo que había hecho Petrov. Yo no lo conocí, lo vi a unos cuarenta metros de distancia, siempre tuve ganas de entrevistarlo, pero nunca pude. En ese momento una persona africana que estaba allí me explicó por qué lo homenajeaban. Yo me quedé impactado por el modesto homenaje. Le dieron mil dólares y una estatuilla.

—No tiene comparación lo que le dieron con lo que hizo…

— La Asociación de Ciudadanos de Suiza, en un acto de desprendimiento gigante, también le dio mil dólares y una estatuilla. Cuando volví a la Argentina, le pregunté a varios amigos y a gente que había sido del Partido Comunista y también a un gran periodista que ya no vive, que fue Isidoro Gilbert, quien me dijo que algo sabía. Él me consiguió un libro en donde se mencionaba en general el tema, y una nota muy vaga de un periodista inglés. Me quedó dando vueltas en la cabeza y no podía hilvanar cómo narrarlo. Porque yo trato siempre de encontrar una mirada argentina en estos temas y no me cerraba ningún personaje.

— Cómo iba a estar un argentino en las tropas de la URSS de entonces…

—Mientras pensaba estas cosas, de tanto en tanto, sale este documental “El hombre que salvó al mundo” que me sirvió. Reuní otros reportajes y así se fue consumando la idea. En algún momento determinado reuní materiales de algunos argentinos que participaron en la Segunda Guerra Mundial, tanto del frente occidental y otros que fueron partisanos.

—La misma muerte de Petrov fue, de hecho, algo que casi pasó desapercibido…

—Una cuestión interesante. Yo estuve en el Festival de Literatura de Alemania el año pasado y le pregunté a los propios alemanes si sabían de la existencia de Petrov y de lo que había hecho. ¡No tenían la menor idea! Es increíble cómo un hecho de esta naturaleza, que tuvo tanta implicancia para el resto de la humanidad haya quedado como olvidado. No podríamos ni estar hablando del libro y me pareció importante hacerle una redención a él, porque murió solo.

— La decisión que tomó Petrov tuvo sin dudas otras consecuencias para él…

—No la pasó bien. Vulnerar un protocolo. Imagináte la situación entre Ucrania y Rusia hoy, que alguien le vulnere el protocolo a Putin. Y a Petrov, en plena Guerra Fría, se le ocurre no cumplir el protocolo, por razones que están en la novela.

—Pareciera que cambian escenarios y actores

—Cuando estaba pensando en la novela jamás iba a suponer que iba a suceder la guerra entre Rusia y Ucrania. Buena parte de la trama es prácticame4nte el territorio en donde se está combatiendo ahora. Para mí es una enorme y a la vez terrible sorpresa. Pensé que todas estas cosas iban a ser parte del siglo pasado y pensé que, tanto Meyer como Petrov eran personajes del siglo pasado, pero esta situación los actualiza: la Guerra Fría, la lucha contra los nazis, eran parte del pasado.

—Pasan las mismas cosas de distinta forma

—Y qué tristeza. Buna parte de lo que le pasó a Petrov fue una falla tecnológica y estamos supeditados a las falencias de tecnología.

— ¿Se concluye que fue una falla tecnológica?

—En una parte de la novela hay un breve pasaje de una científica noruega, ellos lo estudiaron seriamente porque si pasa alguna catástrofe están directamente involucrados por la cercanía. Traté de resolverlo bien porque la explicación es muy compleja. Para abreviarla es un poco lo que se cita en la novela es la relación entre las nubes y la posición del Sol y de la Tierra. Nubes muy altas que, de alguna manera, por unos instantes, hicieron que aparezca en el sistema de satélites imágenes que parecían como misiles y no eran tales.

—Y la lucidez de Petrov y paradójicamente su muerte fue casi invisible…

—Paradójicamente, en un mundo hiperconectado, una muerte como la de Petrov hubiera merecido al menos veinte líneas en un diario. Este libro en buena parte es eso, una redención al camarada Petrov.

SOBRE EL AUTOR

Nació en abril de 1952 en Rosario (Argentina), vivió exiliado en México entre 1977 y 1982 y desde 1983 reside en Buenos Aires. Publicó investigaciones y ensayos: Agustín Tosco, El Club de los PoderososLa ideología del poder económico, y libros de ficción que han sido traducido a distintas lenguas: Fordlandia, No te fíes de mí si el corazón te fallaUn puñado de gloria, Ojos Negros Los Cuerpos y las Sombras. Se desempeñó como profesor regular de la UBA, primer embajador argentino en Angola y ganó dos premios nacionales de economía, en 1994 y 1998. También fue distinguido por los gobiernos de Bolivia, Brasil y Chile. Su novela Fordlandia resultó finalista del Dublin Literary Award y el periódico The Washington Post la seleccionó como una de las cuatro mejores del año 2002. The New York Times, por su parte, consideró que las novelas de Sguiglia remiten a las obras de Conrad o Kafka, en las que, frente a los extremos de un universo indiferente, los seres humanos tienen que ponerse de acuerdo con sus propios paisajes interiores. Sguiglia integró los jurados literarios de Casa de Las Américas (Cuba) y Casa del Teatro (República Dominicana) y fue uno de los siete creadores latinoamericanos premiados por la Fundación Rockefeller para residir en el Bellagio Center Arts&Literary Arts de Italia en 2017.

Nota publicada en Diario Conclusión  

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