por Graciana Petrone
El periodista bonaerense y actual columnista del diario página 12, Horacio Verbitsky, presentó el domingo 27 de julio en los altos de la librería Ross su libro “Vigilia de armas”. Se trata del tercer tomo de una serie de trabajos de investigación, correspondiente a la historia política de la Iglesia en la República Argentina y que abarca el período desde el Cordobazo de 1969, hasta la noche del 23 de marzo de 1976 (previa al golpe de Estado al gobierno de María Estela Martínez de Perón). Según Verbitsky, representa un material histórico “que toma al cuerpo religioso como hilo conductor en los acontecimientos sociales, políticos y económicos del país”.
El lanzamiento contó con la presencia habitual de la anfitriona del lugar, Silvina Ross, quien comunicó su agradecimiento al público por asistir en día domingo y del periodista rosarino Carlos del Frade, quien presentó al autor y cabe destacar, que también colaboró con el proceso de investigación llevado a cabo por Verbitsky.
El periodista bonaerense y actual columnista del diario página 12, Horacio Verbitsky, presentó el domingo 27 de julio en los altos de la librería Ross su libro “Vigilia de armas”. Se trata del tercer tomo de una serie de trabajos de investigación, correspondiente a la historia política de la Iglesia en la República Argentina y que abarca el período desde el Cordobazo de 1969, hasta la noche del 23 de marzo de 1976 (previa al golpe de Estado al gobierno de María Estela Martínez de Perón). Según Verbitsky, representa un material histórico “que toma al cuerpo religioso como hilo conductor en los acontecimientos sociales, políticos y económicos del país”.
El lanzamiento contó con la presencia habitual de la anfitriona del lugar, Silvina Ross, quien comunicó su agradecimiento al público por asistir en día domingo y del periodista rosarino Carlos del Frade, quien presentó al autor y cabe destacar, que también colaboró con el proceso de investigación llevado a cabo por Verbitsky.
Carlos del Frade
“Es un honor para mí presentar a un maestro como Horacio Verbitsky, en este tercer tomo de la historia política de la Iglesia argentina que es absolutamente imprescindible para entender el presente”.
El periodista local sostuvo que la investigación periodística, tal como lo dice el origen etimológico de la palabra, es un descubrimiento. “Lo que uno descubre en el proceso son lógicas y en ellas, los factores de poder no sólo hablan de lo que hicieron sino también de lo que hacen”.
El periodista local sostuvo que la investigación periodística, tal como lo dice el origen etimológico de la palabra, es un descubrimiento. “Lo que uno descubre en el proceso son lógicas y en ellas, los factores de poder no sólo hablan de lo que hicieron sino también de lo que hacen”.
Historia de una “patria sublevada”
Del Frade explicó que durante la década del •60 los factores de poder (entre ellos la Iglesia) comenzaron a articular una contrarrevolución. “Ellos mismos estaban convencidos que miles y miles de jóvenes pretendían hacer una revolución y, en todo caso, el golpe de Estado de 1976 es el desenlace de un proceso previsto”. También, dijo que Vigilia de armas toma como eje a los “azos” (Cordobazo y Rosariazos), a los que llamó el cimbronazo del subsuelo de la patria sublevada y donde también, en forma paralela, se gestó el movimiento de sacerdotes tercermundistas de Argentina y América Latina.
El presentador local expresó a la concurrencia que la provincia de Santa Fe en particular, está vinculada de manera estrecha con las movilizaciones sociales y políticas entre 1969 y 1976 y además, que existen también algunas figuras notables del clero argentino, a quienes durante el trabajo investigativo, tanto él, como Horacio Verbitsky, tuvieron el agrado de conocer. “Santiago Magüay, ex sacerdote del barrio El Saladillo de Rosario, Juan Carlos Arroyo y el actual coordinador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Oscar Lupori, entre otros, fueron los que más colaboraron con Verbitsky en su trabajo”.
Del Frade explicó que durante la década del •60 los factores de poder (entre ellos la Iglesia) comenzaron a articular una contrarrevolución. “Ellos mismos estaban convencidos que miles y miles de jóvenes pretendían hacer una revolución y, en todo caso, el golpe de Estado de 1976 es el desenlace de un proceso previsto”. También, dijo que Vigilia de armas toma como eje a los “azos” (Cordobazo y Rosariazos), a los que llamó el cimbronazo del subsuelo de la patria sublevada y donde también, en forma paralela, se gestó el movimiento de sacerdotes tercermundistas de Argentina y América Latina.
El presentador local expresó a la concurrencia que la provincia de Santa Fe en particular, está vinculada de manera estrecha con las movilizaciones sociales y políticas entre 1969 y 1976 y además, que existen también algunas figuras notables del clero argentino, a quienes durante el trabajo investigativo, tanto él, como Horacio Verbitsky, tuvieron el agrado de conocer. “Santiago Magüay, ex sacerdote del barrio El Saladillo de Rosario, Juan Carlos Arroyo y el actual coordinador del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, Oscar Lupori, entre otros, fueron los que más colaboraron con Verbitsky en su trabajo”.
“Movimiento Fidelidad”
Del Frade contó que en el marco convulsionado de los años •60 se formó dentro de la Iglesia una agrupación que hasta el día de hoy tiene impunidad: el Movimiento Fidelidad. “Este grupo fue el que cambió a un referente del movimiento obrero como Maguay, por otro sacerdote que era la mano derecha del por entonces Obispo Guillermo Bolatti, Don Eugenio Segundo Cittelli, quien también fue Capellán de la Policía de la provincia de Santa Fe en 1964”. Asimismo, expresó que cuando años más tarde Eduardo Vicente Mirás fue nombrado obispo de Rosario, a Cittelli le designaron el título honorífico de Monseñor, un término que proviene del feudo francés: mi señor, con una estructura feudal de pensamiento y que actualmente Citelli es el máximo referente del nuncio apostólico de la ciudad de Casilda”.
Del Frade contó que en el marco convulsionado de los años •60 se formó dentro de la Iglesia una agrupación que hasta el día de hoy tiene impunidad: el Movimiento Fidelidad. “Este grupo fue el que cambió a un referente del movimiento obrero como Maguay, por otro sacerdote que era la mano derecha del por entonces Obispo Guillermo Bolatti, Don Eugenio Segundo Cittelli, quien también fue Capellán de la Policía de la provincia de Santa Fe en 1964”. Asimismo, expresó que cuando años más tarde Eduardo Vicente Mirás fue nombrado obispo de Rosario, a Cittelli le designaron el título honorífico de Monseñor, un término que proviene del feudo francés: mi señor, con una estructura feudal de pensamiento y que actualmente Citelli es el máximo referente del nuncio apostólico de la ciudad de Casilda”.
El periodista Horacio Verbitsky
“Este es un trabajo que me llevó 15 años de mi vida y al que nunca imaginé dedicarle tanto tiempo, ya que era un tema que no tenía ningún tipo de relación conmigo”, expresó el periodista al inicio de charla. Incluso, admitió que aunque vivió la época de los acontecimientos que relata en el libro, como muchos otros, no era plenamente conciente de lo que sucedía en el país. “El disparador fue una conversación que tuve con el Capitán Cirillo hace casi dos décadas, donde me contó que la jerarquía militar había aprobado que tiraran desde los aviones a los ingenieros desaparecidos durante la dictadura. Allí los capellanes del ejército eran una pieza fundamental, porque les tocaba confortar a los oficiales que regresaban de esas siniestras misiones”.
Verbitsky agregó que otro motivo que lo motivó a comenzar esta investigación sobre el nuncio apostólico argentino y su participación en la visa política del país, fue a causa de testimonios recavados por su par Jacobo Timmerman durante el juicio político a militares en 1985: “Algunos altos ex comandantes de la Marina le confesaron a Jacobo que no podrían haber realizado una represión legal con fusilamientos porque el Papa los hubiese condenado y la relación con el clero se hubiese vuelto insostenible”.
“Este es un trabajo que me llevó 15 años de mi vida y al que nunca imaginé dedicarle tanto tiempo, ya que era un tema que no tenía ningún tipo de relación conmigo”, expresó el periodista al inicio de charla. Incluso, admitió que aunque vivió la época de los acontecimientos que relata en el libro, como muchos otros, no era plenamente conciente de lo que sucedía en el país. “El disparador fue una conversación que tuve con el Capitán Cirillo hace casi dos décadas, donde me contó que la jerarquía militar había aprobado que tiraran desde los aviones a los ingenieros desaparecidos durante la dictadura. Allí los capellanes del ejército eran una pieza fundamental, porque les tocaba confortar a los oficiales que regresaban de esas siniestras misiones”.
Verbitsky agregó que otro motivo que lo motivó a comenzar esta investigación sobre el nuncio apostólico argentino y su participación en la visa política del país, fue a causa de testimonios recavados por su par Jacobo Timmerman durante el juicio político a militares en 1985: “Algunos altos ex comandantes de la Marina le confesaron a Jacobo que no podrían haber realizado una represión legal con fusilamientos porque el Papa los hubiese condenado y la relación con el clero se hubiese vuelto insostenible”.
Vigilia de armas y tres andariveles paralelos
El libro Vigilia de armas trata, según su propio autor, el tema de la Iglesia en tres andariveles paralelos. Por un lado, el movimiento de sacerdotes tercermundistas y cómo ellos mismos encuentran sus alcances y limitaciones dentro de la sociedad y el propio clero. En segundo término, la jerarquía del Episcopado Argentino y el traspaso de mando de Antonio Caggiano a Adolfo Servando Tortolo, y a la que denomina una época negra de la Iglesia argentina por su relación con los altos jefes militares del momento.
La tercera vía que despliega el autor en Vigilia de armas es sobre la Santa Sede y cómo ésta permitió cosas, ignoró otras e incluso expresó que el Papa tuvo una participación “omitiva” ante determinados accionares de los altos mandos militares argentinos.
Verbitsky relató a la concurrencia una serie de hechos relacionados con los decesos de cuatro sacerdotes tercermundistas durante la dictadura militar, con la ironía y el humor que caracteriza al periodista: “Yo digo que las compañías de seguros no deben querer asegurar sacerdotes tercermundistas, hice el cálculo y de 80 curas revolucionarios, 4 murieron en accidentes automovilísticos, lo cual es un índice de mortalidad del 5%, que no debe tener ninguna otra profesión. Además, el 100% de los que padecieron esos siniestros tenían una línea antidictatorial bien definida”.
El libro Vigilia de armas trata, según su propio autor, el tema de la Iglesia en tres andariveles paralelos. Por un lado, el movimiento de sacerdotes tercermundistas y cómo ellos mismos encuentran sus alcances y limitaciones dentro de la sociedad y el propio clero. En segundo término, la jerarquía del Episcopado Argentino y el traspaso de mando de Antonio Caggiano a Adolfo Servando Tortolo, y a la que denomina una época negra de la Iglesia argentina por su relación con los altos jefes militares del momento.
La tercera vía que despliega el autor en Vigilia de armas es sobre la Santa Sede y cómo ésta permitió cosas, ignoró otras e incluso expresó que el Papa tuvo una participación “omitiva” ante determinados accionares de los altos mandos militares argentinos.
Verbitsky relató a la concurrencia una serie de hechos relacionados con los decesos de cuatro sacerdotes tercermundistas durante la dictadura militar, con la ironía y el humor que caracteriza al periodista: “Yo digo que las compañías de seguros no deben querer asegurar sacerdotes tercermundistas, hice el cálculo y de 80 curas revolucionarios, 4 murieron en accidentes automovilísticos, lo cual es un índice de mortalidad del 5%, que no debe tener ninguna otra profesión. Además, el 100% de los que padecieron esos siniestros tenían una línea antidictatorial bien definida”.
El tercer tomo de una investigación, que va por más
“Mi primer trabajo sobre el tema fue la entrevista con Cirillo. El segundo, sobre la quinta de descanso del arzobispado de Buenos Aires, que se llamaba nada menos que El Silencio, propiedad que fue prestada al grupo de tareas de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) para que durante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, escondieran a los 60 detenidos que tenían y así, cuando requisaran la ESMA, los visitantes no encontraran nada”.
Verbitsky indicó que ya no se trataban de hechos aislados, sino de todo un sistema que obraba dentro de la vida política del país, por lo que decidió iniciar un compendio de trabajo. De esta manera, edita el primer capítulo que abarca desde la expulsión en 1884 del Nuncio Apostólico por el presidente Julio Argentino Roca (ya que atentaba contra la implementación de la ley de Enseñanza Laica), hasta el derrocamiento de Juan Domingo Perón en el 55.
El segundo tomo, comprende desde la Revolución Libertadora que, según Verbitsky, fue alentada y apoyada por el clero, hasta el Cordobazo de 1969. En tanto, el tercero, Vigilia de armas, abarca desde septiembre de •69 hasta la noche del 23 de marzo de 1976, cuando aún María Estela Martínez de Perón era presidenta de la Argentina.
“A medida que me acerco al presente hay muchas más fuentes directas y menos bibliografía, lo que representa un material mucho más rico”. El autor estimó que el cuarto tomo de este compendio de la historia política de la Iglesia en el país, se editará en un año, aproximadamente.
“Mi primer trabajo sobre el tema fue la entrevista con Cirillo. El segundo, sobre la quinta de descanso del arzobispado de Buenos Aires, que se llamaba nada menos que El Silencio, propiedad que fue prestada al grupo de tareas de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) para que durante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, escondieran a los 60 detenidos que tenían y así, cuando requisaran la ESMA, los visitantes no encontraran nada”.
Verbitsky indicó que ya no se trataban de hechos aislados, sino de todo un sistema que obraba dentro de la vida política del país, por lo que decidió iniciar un compendio de trabajo. De esta manera, edita el primer capítulo que abarca desde la expulsión en 1884 del Nuncio Apostólico por el presidente Julio Argentino Roca (ya que atentaba contra la implementación de la ley de Enseñanza Laica), hasta el derrocamiento de Juan Domingo Perón en el 55.
El segundo tomo, comprende desde la Revolución Libertadora que, según Verbitsky, fue alentada y apoyada por el clero, hasta el Cordobazo de 1969. En tanto, el tercero, Vigilia de armas, abarca desde septiembre de •69 hasta la noche del 23 de marzo de 1976, cuando aún María Estela Martínez de Perón era presidenta de la Argentina.
“A medida que me acerco al presente hay muchas más fuentes directas y menos bibliografía, lo que representa un material mucho más rico”. El autor estimó que el cuarto tomo de este compendio de la historia política de la Iglesia en el país, se editará en un año, aproximadamente.
Ref: Nota publicada en la revista el Fisgón Digital
Hola Graciana, gracias por seguir mi blog. Estuve viendo el tuyo y me parece muy interesante…, es del tipo de bitácora que me gusta seguir porque tiene contenido…, además siempre es bueno leer a gente que hace periodismo. Claro…, me encantaría que participes de mi blog, resulta importante para mi saber la opinión de gente como vos. En cuanto a tu última entrada creo que la obra de Verbitsky es reveladora, como muchos de sus libros de investigación…, es valorable conocer el accionar nefasto de la Iglesia durante esos años trágicos…, y es cautivante estar al tanto del accionar de los curas tercermundistas. Aunque, en el caso de Verbitsky, me es imposible dejar de lado mi opinión, creo que se extraña mucho al Verbitsky de los ’90 que denunciaba al gobierno de turno desde Día D y su editoriales en la prensa escrita, me encuentro en desacuerdo con él y critico su adicción sin miramientos al actual Gobierno Nacional, me parece que ante todo es lamentable perder la honestidad intelectual. Creo que uno puede ser de izquierdas y defender sus ideas y opiniones, es algo digno…, pero ser cómplice y mirar para otro lado para no querer reflejar la verdad no es ético. Creo que eso es lo que ha fallado en la trayectoria profesional de este veterano periodista. La honestidad intelectual se gana o se pierde, cuando palabras y ideales están acordes a los principios que siempre se han dicho defender, ahora cuando se dice una cosa y finalmente se apoya a líderes políticos que en los hechos, y no en los discursos, representan todo lo contrario, uno pierde la honestidad intelectual que tenía, pierde la cordura y se es cómplice del sistema neoliberal fascista y autoritario de los Kirchner, falsamente llamados de izquierdas y progresistas…, porque en los hechos no lo han sido nunca ni lo serán.
ResponderEliminarUn gran periodista pero que, a mi modo de ver, se ha olvidado de la sinceridad.
Es posible que no tenga razón…, pero es mi modo de ver cosas, sobre todo desde la mirada de un provinciano tucumano que observa como el proyecto de Kirchner si impone con un gobierno provincial feudal, opresivo, clientelista y corrupto. Eso, no es progresismo, nada tiene que ver con los verdaderos movimientos socialistas críticos e izquierdas democráticas que uno desea.
Jeje! Muy largo mi comentario, perdón…, voy a pasar por aquí seguido…
Un abrazo
Hola Graciana, gracias por seguir mi blog. Estuve viendo el tuyo y me parece muy interesante…, es del tipo de bitácora que me gusta seguir porque tiene contenido…, además siempre es bueno leer a gente que hace periodismo. Claro…, me encantaría que participes de mi blog, resulta importante para mi saber la opinión de gente como vos. En cuanto a tu última entrada creo que la obra de Verbitsky es reveladora, como muchos de sus libros de investigación…, es valorable conocer el accionar nefasto de la Iglesia durante esos años trágicos…, y es cautivante estar al tanto del accionar de los curas tercermundistas. Aunque, en el caso de Verbitsky, me es imposible dejar de lado mi opinión, creo que se extraña mucho al Verbitsky de los ’90 que denunciaba al gobierno de turno desde Día D y su editoriales en la prensa escrita, me encuentro en desacuerdo con él y critico su adicción sin miramientos al actual Gobierno Nacional, me parece que ante todo es lamentable perder la honestidad intelectual. Creo que uno puede ser de izquierdas y defender sus ideas y opiniones, es algo digno…, pero ser cómplice y mirar para otro lado para no querer reflejar la verdad no es ético. Creo que eso es lo que ha fallado en la trayectoria profesional de este veterano periodista. La honestidad intelectual se gana o se pierde, cuando palabras y ideales están acordes a los principios que siempre se han dicho defender, ahora cuando se dice una cosa y finalmente se apoya a líderes políticos que en los hechos, y no en los discursos, representan todo lo contrario, uno pierde la honestidad intelectual que tenía, pierde la cordura y se es cómplice del sistema neoliberal fascista y autoritario de los Kirchner, falsamente llamados de izquierdas y progresistas…, porque en los hechos no lo han sido nunca ni lo serán.
ResponderEliminarUn gran periodista pero que, a mi modo de ver, se ha olvidado de la sinceridad.
Es posible que no tenga razón…, pero es mi modo de ver cosas, sobre todo desde la mirada de un provinciano tucumano que observa como el proyecto de Kirchner si impone con un gobierno provincial feudal, opresivo, clientelista y corrupto. Eso, no es progresismo, nada tiene que ver con los verdaderos movimientos socialistas críticos e izquierdas democráticas que uno desea.
Jeje! Muy largo mi comentario, perdón…, voy a pasar por aquí seguido…
Un abrazo
uns historia politica de la iglesia en argentina? eso pareceme muy interessante. eses temas son muy ricos y sus interpretaciones muy diversificadas... gracias por tu visita y amable comentario en "Tertúlias". estoy ahora en el trabajo y no puedo mirar tu blog como lo deveria pero ya incluime como tu seguidor! saludos de viena! Ricardo
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