Un equipo de profesionales del Centro de Infectología Animal de Buenos Aires, del Instituto de Virología de Quilmes y del Imbecu (Instituto Médico y Biología Experimental de Cuyo), trabaja hace tres años en un proyecto para la fabricación de un inoculante del tipo viral. Una búsqueda científica que no se concreta en el país desde hace cuatro décadas.
(la información de esta nota está extraída del trabajo de una periodista de la ciudad de Mendoza, Argentina y de videos explicativos del Dr. Eduardo Scodeller: http://www.mdzol.com/)
Por Graciana Petrone
Un experimentado grupo de científicos argentinos desarrolla en Mendoza una exhaustiva investigación, desde hace al menos tres años, para obtener la vacuna viral que será útil para “combatir la actual gripe pandémica y otras que se presenten”. Esta labor, trascendental en materia de estudios experimentales en el país, está a cargo del bioquímico mendocino Eduardo Scodeller, junto a un importante equipo de trabajo formado por profesionales del Centro de Infectología de Animales de Buenos Aires, del Instituto de Virología de la Universidad de Quilmes y del Imbecu .
La vorágine informativa respecto a la pandemia del virus de influenza H1 N1, que se cobró hasta el momento una importante cantidad de vidas en el mundo y al menos cincuenta en el país, generó un verdadero estado de pánico social. Asimismo, debido a la alta virulencia de la enfermedad, la OMS (Organización Mundial de la Salud) elevó el grado de alerta a su máximo nivel.
Este blog realizó un informe sobre el trabajo que desde hace tres años realiza el bioquímico cuyano Eduardo Scodeller. Una esperanzadora investigación en materia científica, capaz de brindar a la población la posibilidad de prevenir el efecto pandémico de la gripe A.
Un experimentado grupo de científicos argentinos desarrolla en Mendoza una exhaustiva investigación, desde hace al menos tres años, para obtener la vacuna viral que será útil para “combatir la actual gripe pandémica y otras que se presenten”. Esta labor, trascendental en materia de estudios experimentales en el país, está a cargo del bioquímico mendocino Eduardo Scodeller, junto a un importante equipo de trabajo formado por profesionales del Centro de Infectología de Animales de Buenos Aires, del Instituto de Virología de la Universidad de Quilmes y del Imbecu .
La vorágine informativa respecto a la pandemia del virus de influenza H1 N1, que se cobró hasta el momento una importante cantidad de vidas en el mundo y al menos cincuenta en el país, generó un verdadero estado de pánico social. Asimismo, debido a la alta virulencia de la enfermedad, la OMS (Organización Mundial de la Salud) elevó el grado de alerta a su máximo nivel.
Este blog realizó un informe sobre el trabajo que desde hace tres años realiza el bioquímico cuyano Eduardo Scodeller. Una esperanzadora investigación en materia científica, capaz de brindar a la población la posibilidad de prevenir el efecto pandémico de la gripe A.
Scodeller explicó que el proyecto es contra la gripe A y la B, dado que normalmente en épocas invernales circulan ambas. Al efecto, especificó que el virus pandémico actual es gripe A y su subtipo está definido como H1 N1. El estudio que realiza su equipo profesional fabricará una vacuna que producirá una inmunidad de “mucho más amplia cobertura”. “Servirá para cualquier virus del tipo A, ya sea pandémico o estacional”, aseguró.
“Las razones que nos impulsan a realizar esta investigación son variadas, por un lado, Argentina no produce vacunas del tipo viral desde la década del 70 aproximadamente”, dijo. En tanto, agregó que el país desarrolló inoculantes del tipo bacteriano y que, aquellas vacunas virales que se utilizan actualmente son importadas de Estados Unidos o Europa.
El científico aseguró que Argentina, de no estar capacitada para producir sus propias vacunas virales, en el caso de pandemia –aún de gripe común – los países productores no estarán capacitados para de abastecer a todo el mundo. “De ser así, tendríamos serios problemas”, admitió. También destacó la importancia de contar con este tipo de medicamentos y renovarlos “año tras año”. “Continuamente aparecen remedios que se introducen en el esquema vacunatorio y nosotros estamos muy retrasados en eso”, argumentó.
“Las razones que nos impulsan a realizar esta investigación son variadas, por un lado, Argentina no produce vacunas del tipo viral desde la década del 70 aproximadamente”, dijo. En tanto, agregó que el país desarrolló inoculantes del tipo bacteriano y que, aquellas vacunas virales que se utilizan actualmente son importadas de Estados Unidos o Europa.
El científico aseguró que Argentina, de no estar capacitada para producir sus propias vacunas virales, en el caso de pandemia –aún de gripe común – los países productores no estarán capacitados para de abastecer a todo el mundo. “De ser así, tendríamos serios problemas”, admitió. También destacó la importancia de contar con este tipo de medicamentos y renovarlos “año tras año”. “Continuamente aparecen remedios que se introducen en el esquema vacunatorio y nosotros estamos muy retrasados en eso”, argumentó.
La labor del científico Eduardo Scodeller
Eduardo Scodeller es un bioquímico mendocino especialista en infectología e investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones, Científicas y Técnicas (Conicet). Junto a un prestigioso equipo de trabajo desarrolla un estudio experimental para la fabricación del inoculante que permita la inmunidad de la población al virus de la gripe A. “Que servirá para combatir la actual gripe y otras que se presenten”, dijo.
El objetivo de la investigación de Scodeller es producir una vacuna de influenza, libre de patógenos por medio de técnicas de ingeniería genética, para evitar la producción en huevo, la que, según el profesional, presenta “varias complicaciones”. “En caso de una necesidad masiva de vacunas la limitación es la obtención de huevos libres de infecciones, fundamentales para producirla”, expresó. Al tiempo explicó que, debido a que es un patógeno humano, demanda la utilización de laboratorios de alta seguridad, los cuales “son muy costosos”.
“Normalmente las técnicas utilizadas para producir vacunas son en base al huevo, aunque hay muchos métodos en desarrollo, casi un 80 o 90 por ciento de la producción se realiza con éstas condiciones”, especificó. Y aseguró, que se necesita de una gran cantidad de óvulos embrionados en condiciones especiales, se debe infectar al embrión y luego, recuperar el virus. Dada la complejidad del tema, la Técnica de Ingeniería Genética desarrollada por su equipo de investigación científica, permite producir la vacuna sin la necesidad de trabajar con patógenos humanos.
El objetivo de la investigación de Scodeller es producir una vacuna de influenza, libre de patógenos por medio de técnicas de ingeniería genética, para evitar la producción en huevo, la que, según el profesional, presenta “varias complicaciones”. “En caso de una necesidad masiva de vacunas la limitación es la obtención de huevos libres de infecciones, fundamentales para producirla”, expresó. Al tiempo explicó que, debido a que es un patógeno humano, demanda la utilización de laboratorios de alta seguridad, los cuales “son muy costosos”.
“Normalmente las técnicas utilizadas para producir vacunas son en base al huevo, aunque hay muchos métodos en desarrollo, casi un 80 o 90 por ciento de la producción se realiza con éstas condiciones”, especificó. Y aseguró, que se necesita de una gran cantidad de óvulos embrionados en condiciones especiales, se debe infectar al embrión y luego, recuperar el virus. Dada la complejidad del tema, la Técnica de Ingeniería Genética desarrollada por su equipo de investigación científica, permite producir la vacuna sin la necesidad de trabajar con patógenos humanos.
¿Cuánto tiempo demandará la investigación?
El bioquímico detalló que hasta el momento se realizaron las primeras etapas investigativas del proyecto. “Hasta ahora trabajamos los inmunónegos, con una seis variantes. Es decir, aquello que va a ir en la vacuna para que, una vez que el sistema inmunológico del individuo entre en contacto con éstos, desarrolle una inmunidad proyectiva”, dijo.
Scodeller contó que están en una etapa de “prueba preclínica” para probar la calidad de los inmunógenos con animales de laboratorio. “Esto es lo que estamos haciendo hoy en Mendoza y, la parte que contempla el uso del virus con animales vivos, la haremos en Buenos Aires, en el Instituto Malbrán”. Asimismo, explicó que antes de fin de año, tendrán los resultados que corroboren la calidad de los inmunógenos estudiados y luego pasarán a las fases sucesivas.
Scodeller contó que están en una etapa de “prueba preclínica” para probar la calidad de los inmunógenos con animales de laboratorio. “Esto es lo que estamos haciendo hoy en Mendoza y, la parte que contempla el uso del virus con animales vivos, la haremos en Buenos Aires, en el Instituto Malbrán”. Asimismo, explicó que antes de fin de año, tendrán los resultados que corroboren la calidad de los inmunógenos estudiados y luego pasarán a las fases sucesivas.
Fases clínicas en la fabricación de la una vacuna
“Una vez que se termina la fase pre-clínica, (que es la prueba con animales vivos), se pasará a la fase clínica (que es la prueba en humanos)”. Y especificó que esta segunda etapa consta de tres fases posteriores. “Cualquier medicamento o vacuna de utilización en seres humanos tienen que pasar por estas fases y cada una de ellas dura entre dos y tres años, como mínimo”, aclaró. En consecuencia, agregó que demandará entre “seis y nueve años” desarrollar un producto que sea aceptado por Salud Pública.
Debido a la importancia de la labor científica de Scodller, a causa de la presencia amenazadora de la gripe A en el país y en el mundo, lleva a imaginar que el equipo de trabajo del profesional mendocino puede recibir ciertas presiones por parte del Gobierno Nacional para obtener urgentes resultados. No obstante, el bioquímico aseguró que su equipo “sabe cómo y cuales” son los tiempos de investigación y confesó: “La única presión que tenemos es la nuestra, personal, porque a diario vemos lo que está sucediendo”.
Esquema de una partícula del virus H1 N1
Debido a la importancia de la labor científica de Scodller, a causa de la presencia amenazadora de la gripe A en el país y en el mundo, lleva a imaginar que el equipo de trabajo del profesional mendocino puede recibir ciertas presiones por parte del Gobierno Nacional para obtener urgentes resultados. No obstante, el bioquímico aseguró que su equipo “sabe cómo y cuales” son los tiempos de investigación y confesó: “La única presión que tenemos es la nuestra, personal, porque a diario vemos lo que está sucediendo”.
Esquema de una partícula del virus H1 N1
La partícula viral del virus H1 N1 tiene dos componentes: uno proteico y otro que contiene los elementos de su información genética. Es un virus que presenta una forma esférica, donde se pueden observar las proteínas de su envoltura externa y también su interior, donde se encuentran los elementos que le dan su información genética. (ver imagen superior).
La influenza tiene la particularidad que está formada por ocho segmentos. No está todo en un solo cromosoma, sino que está fragmentado en ocho compuestos genéticos distintos. Esto le permite al virus intercambiar la información genética con virus de otras especies: uno humano con el porcino o aviar y de esta manera, producir virus de diferentes clasificaciones.
La información genética, que se encuentra en las moléculas, está en el interior del virus y en el exterior, están las proteínas que se utilizan para especificar los distintos subtipos de infección. Estos elementos proteicos son lo que fundamentalmente están en las vacunas actuales e introducen los anticuerpos, que son los que van a prevenir la entrada del virus a las células.
Los primeros organismos que se aislaron demostraron compuestos genéticos de cerdo americano, también euroasiático, aviar y humano. De acuerdo a datos anteriores, en algún evento recombinatorio, a causa de la capacidad que tiene este virus de cambiar de especie, se hallaron cepas de distinto origen y formaron un “virus mosaico” con elementos de cerdo americano, ave y humano.
Posteriormente, sufrió otra “recombinación” con un porcino euroasiático, pasó del cerdo al hombre y se convirtió en la cepa responsable de la pandemia, la cual se teme, sea de alta virulencia –aunque no esté confirmado aún- ya que demorará varios años su evolución. Por todo lo antes enumerado, es necesario encontrar la vacuna lo antes posible.
Fuente: http://www.mdzol.com/, Dr. Eduardo Scodeller
La influenza tiene la particularidad que está formada por ocho segmentos. No está todo en un solo cromosoma, sino que está fragmentado en ocho compuestos genéticos distintos. Esto le permite al virus intercambiar la información genética con virus de otras especies: uno humano con el porcino o aviar y de esta manera, producir virus de diferentes clasificaciones.
La información genética, que se encuentra en las moléculas, está en el interior del virus y en el exterior, están las proteínas que se utilizan para especificar los distintos subtipos de infección. Estos elementos proteicos son lo que fundamentalmente están en las vacunas actuales e introducen los anticuerpos, que son los que van a prevenir la entrada del virus a las células.
Los primeros organismos que se aislaron demostraron compuestos genéticos de cerdo americano, también euroasiático, aviar y humano. De acuerdo a datos anteriores, en algún evento recombinatorio, a causa de la capacidad que tiene este virus de cambiar de especie, se hallaron cepas de distinto origen y formaron un “virus mosaico” con elementos de cerdo americano, ave y humano.
Posteriormente, sufrió otra “recombinación” con un porcino euroasiático, pasó del cerdo al hombre y se convirtió en la cepa responsable de la pandemia, la cual se teme, sea de alta virulencia –aunque no esté confirmado aún- ya que demorará varios años su evolución. Por todo lo antes enumerado, es necesario encontrar la vacuna lo antes posible.
Fuente: http://www.mdzol.com/, Dr. Eduardo Scodeller
(la información de esta nota está extraída del trabajo de una periodista de la ciudad de Mendoza, Argentina y de videos explicativos del Dr. Eduardo Scodeller: http://www.mdzol.com/)
Graciana Petrona, saludos cordiales. Gracias por la amplia información que das sobre el mal que acosa al mundo entero, la ya famosa
ResponderEliminargripe A.
Abrazo sincero
uNA bueNA INVESTIGACION,
ResponderEliminardeseo sencieramente que los avancez de la medicina ayuden a tu gente, aunque aun estamos algunos mexicanos recentidos con algunos de los argentinos que nunca comprendieron lo que ocurria en mi pais con el virus H1N1, PERO bueno ahi se les regreso el karma.
en fin amiga, saludos y no es nada contra usted, no todos piensan igual.
Una de las mejores maneras de combatir la gripe A es informarse de todo lo que está relacionado con el tema. Miren en Natgeo un documental que van a pasar sobre las epidemias. Lo dan el viernes 10 de julio a las 20hs. http://www.natgeo.tv/especiales/especial-epidemias/
ResponderEliminar