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miércoles, 7 de julio de 2010

Eduardo Sguiglia: “La cara oculta de los diamantes está constituida por el trabajo indecente de miles de personas”.

para http://www.elfisgondigital.com/fsgnw/arte/nota.vsp?nid=58095

08/07/2010 - Ante una primera lectura, la aventura, el drama y la acción son los ejes del género sobre los que gira Ojos negros, la novela del escritor y economista Eduardo Sguiglia. Pero el relato se sumerge en un terreno desconocido y turbulento; cuenta el periplo de Miguel, un argentino al borde la ruina que siente que su vida carece de sentido y acepta un encargo no menos que perturbador: viajar al África en busca de una persona a quien no conoce.

En tierras lejanas, el personaje principal atravesará situaciones adversas e intimará con una banda vinculada al tráfico de diamantes en el mercado negro internacional. Mercenarios, escenas violentas, sexo y amor transitarán desde Buenos Aires, México, hasta Angola y El Congo. Una historia atrapante que muestra sin silencios una lucha de corrupción y muerte por la hegemonía de la exportación de piedras preciosas en el escenario mundial.

Sguiglia (1952) nació en Rosario, donde estudió Ciencias Económicas. Vivió en México entre 1977 y 1982 y desde 1983 reside en Buenos Aires. Fue profesor de la UBA y primer embajador argentino en Angola. Es autor de varias investigaciones y ensayos, entre ellos Agustín Tosco y El club de los poderosos, que merecieron dos premios nacionales de economía. Sus relatos y novelas —“Fordlandia”, “No te fíes de mí si el corazón te falla” y “Un puñado de gloria”— fueron traducidas a diferentes idiomas y distinguidas en los concursos internacionales Dublín Literary Award y Grinzane Cavour.

En una entrevista exclusiva para El Fisgón Digital el autor de Ojos negros cuenta la génesis de su libro, las influencias de su estadía en Angola en sus relatos y también su mirada sobre el desempeño de la justicia argentina respecto a los juicios a represores de la última dictadura militar.

-¿Cómo surge la construcción de esta novela y de qué manera influyó en el relato, haber vivido en Angola?
-El proceso creativo es difícil de explicar. Las ideas flotan en la cabeza hasta que llega el momento, impostergable, de volcarlas sobre un papel. Reconozco que vivir en África fue una experiencia maravillosa para mí y que, sin dudas, facilitó la construcción de esta novela. Pero, si bien Ojos Negros habla de varios elementos reales –la extracción y el tráfico de diamantes por ejemplo- ninguno de ellos funcionó como el disparador de la historia.

-La descripción de los paisajes y ciudades son sorprendentes, casi como un diario de viajes, ¿son los ojos de Eduardo Sguiglia (argentino en tierra extraña) que registraron todas esas imágenes y que luego el escritor (muy lejos del economista) vertió fielmente en el libro?
-Bueno, tuve la oportunidad de viajar por las Lundas (norte de Angola), por el Congo y también por México. Sin embargo, creo que todas las imágenes del relato son las que capta y registra en su libretita Miguel, el personaje central.

-En el conflicto de los diamantes en África, países europeos se rasgan las vestiduras como primeros defensores de los Derechos Humanos en el mundo, ¿Son los mismos que alimentan el mercado negro?
-En efecto, la cara oculta de los diamantes está constituida por el trabajo indecente de miles de personas.

-Fordlandia, una de sus primeras nivelas, es utilizada como material de estudio en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, ¿Ojos Negros podrá hacer lo propio en las escuelas de Ciencias Políticas y Relaciones internacionales?
-No sabía lo de Fordlandia. Es una grata sorpresa que una novela se utilice como material de estudio. Si ocurriera lo mismo con Ojos Negros me volvería a sorprender.

-Ojos Negros promete una lectura distendida pero en un punto del relato un giro abrupto la vuelve vertiginosa y por momentos, hasta exasperante, ¿sólo surgió o es un recurso utilizado a conciencia?
-No definí de antemano el ritmo del relato. Traté de avanzar del modo que me resultaba más cómodo y satisfactorio.

-En las próximas semanas usted viajará a Rosario para testimoniar en la causa al represor Genaro Díaz Bessone. A más de tres décadas, ¿cree que la impunidad se ha acabado para quienes actuaron solapados por el gobierno dictatorial?
-Cierta legislación y decisiones gubernamentales, como las leyes de obediencia debida y punto final y el indulto de Menem, junto con la pasividad de algunos jueces, demoraron y obstaculizaron los procesos a los culpables de tantos crímenes de lesa humanidad.
Sin embargo, aunque hayan transcurrido más de tres décadas, es muy importante que la justicia siga avanzando para que se pueda conocer la verdad y castigar a los represores

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