Por Graciana Petrone
PH: Hernán Rades Fotografía |
“Un artista en vías de desarrollo”, así decidió llamar a su primera muestra de cuadros y bocetos el artista plástico Rubén Farías. Según contó a El Ciudadano, se trata, justamente, de una experiencia de trabajo en constante evolución y crecimiento.
La exhibición cuenta con curaduría de Alicia Galeano y será este viernes 12 de abril a las 19 en La Casa de La Memoria, de Santiago 2815.
—¿Cómo surge la idea de pintar una serie de escritores entre los que están Poe, García Márquez, Kafka…?
—Bueno, tiene que ver con gran parte de mi vida porque la lectura y la escritura son una parte importante de mi vida. Soy librero, vivo de eso y en un sentido plasmar las imágenes de escritores que admiro y me atraen mucho era como trasladar a esas imágenes un sentimiento que llevo desde los cinco años que empecé a leer.
—¿De cuántas obras está compuesta la muestra?
—Según la curadora (Alicia Galeano) el número de piezas varía. Me dijo: ’Dejá de pintar, por favor’. Hay seis pinturas de escritores, también dos o tres trabajos de una serie que se llama ‘Cosas que no hago hace mucho’. Y después, si se quiere, es una especie de retrospectiva. Yo empecé a estudiar y a trabajar con la curadora hace cuatro años y la idea es mostrar el desarrollo o la evolución en un proceso. Por eso el nombre de la muestra.
—¿Cuándo empezaste a pintar?
—Pinté esporádicamente en distintos momentos de mi vida pero desde que empecé a trabajar con esta profe, los bocetos y pinturas que exhibo ahora son de hace cuatro años a esta parte y abarcan el proceso de aprendizaje que no termina nunca, por suerte, y es un desarrollo hacia el objetivo de la pintura. Empecé haciendo cosas planas con respecto a los colores y ahora hay matices. Los colores me habitan desde otro lugar.
—¿A qué te referís con que ‘los colores te habitan desde otro lugar’?
—Me saco las pinturas de las tripas. Lo que quiero decir con eso es que ahora puedo plasmar lo que siento y antes no. Antes era una sucesión de manchas, tal vez, y desde ese lugar no podía extraer una figura. Ahora, si bien hay bocetos y un proceso en la creación que me permite expresar más concretamente lo que quiero pintar, pinto lo que siento.
—Hablás de bocetos, técnicas, crecimiento y en vías de desarrollo constante, ¿cómo es este proceso desde lo artístico?
—Precisamente eso, desarrollo y crecimiento. Cuando empecé a trabajar con esta santa mujer (por la profesora y curadora de la muestra) me decía ‘mirá, te conviene bocetar, practicar, no ir directamente a meter la pintura’. En aquel tiempo lo hacía en lo que es fibrofácil. Incluso hay cosas que están pintadas sobre durlock que encontraba en la calle y Alicia me dijo que era como muy perenne el material (risas) y ahí me sugirió que yo trabaje con un criterio. Así que empecé a hacer bocetos. El dibujo tiene otra cosa que me permite verlo en blanco y negro y proyectarlo en mi cabeza. Por lo general hago uno, lo laburo mucho y después sí, en una noche lo llevo a la tela.
—Después de este proceso, ¿qué tipo de evolución o de nuevas técnicas ponés en práctica ahora?
—Ahora estoy pintando con acrílico sobre lienzo y desarrollo un proceso que es muy lindo para mí. Yo hago el soporte, compro el cuadrado, le pego la tela, lo blanqueo y después lo trabajo con la pintura.
—Es tu primera muestra individual, algo así como largar a un hijo solo a la vida, ¿cómo te estás sintiendo en este momento?
—Participé en dos muestras colectivas muy ricas y muy variadas que se hacían en la peatonal, “Artistas a cielo abierto”, algo super reinvindicable. Pero ahora sí, hago esto que es algo así como soltar las criaturas al primer día del jardín. No sabés lo que va a pasar pero a la vez creo que es el momento, al menos siento la necesidad de hacerlo. Seleccioné unos 24 laburos sobre 60 y es como bueno, decir: ‘Acá están mis cosas, mírenlas, díganme qué les parece’.
—¿Cualquiera puede dibujar o pintar?
—Cualquiera puede hacer cualquier manifestación artística. Ahora, creo que tenés que tener una capacidad. Por darte un ejemplo, yo soy pésimo músico, no tengo la menor idea de cómo se toca ningún instrumento y creo que cualquiera podría tocar la guitarra, aunque no cualquiera podría ser Keith Richards.
Nota publicada en diario El Ciudadano
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