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martes, 13 de agosto de 2013

Tragedia en Rosario: El bulevar de los sueños rotos (*)

Bomberos trabajan en la zona del desastre

Graciana Petrone
Angustia, silencio y desolación es lo que se vive y percibe en las inmediaciones del edificio que explotó y que dejó muertes y personas desaparecidas bajo los escombros. A metros de ahí, la acera central del bulevar Oroño ya no muestra su escenario frecuente de estudiantes que van o vienen a clases o adolescentes despreocupados que andan en rollers. El paseo de Oroño no es el mismo desde la fatídica mañana del martes 6 de agosto, donde ahora no cesa el ir y venir de cientos de bomberos voluntarios y zapadores, rescatistas, médicos, paramédicos, gendarmes y policías especializados que hacen un trabajo cuerpo a cuerpo revolviendo entre los escombros en busca de sobrevivientes. Y a eso se agrega contingentes de ex combatientes de Malvinas y otros voluntarios.

La realidad es por momentos tan desgarradora que conmueve hasta a los hombres más avezados en tareas de salvataje. En sus momentos de descanso, algunos rescatistas esperan afuera de la zona del desastre la señal de los que están a cargo para ingresar nuevamente a levantar escombros en busca de vida. Y, salvo aquellos que conforman los equipos de elite en materia de salvataje a nivel nacional y que intervinieron en los siniestros más recordados de las últimas décadas, en varios de los que trabajan en la zona de Oroño y Salta hay una frase que se repite: “Nunca vivimos algo así”.

Ariel Pérez tiene 30 años y es uno de los integrantes del equipo de paramédicos voluntarios que trabaja en el lugar desde las primeras horas de ocurrida la explosión. Atiende a El Ciudadano en Salta y Oroño y la charla, aunque es breve, no deja de ser intensa. En realidad, en lo único que piensa es en volver a entrar a la zona del desastre para seguir sacando escombros. “Somos paramédicos, y todos los que estudiamos para eso deberíamos estar acá todo el tiempo”, dice. Aunque él mismo no puede hacerlo porque su trabajo de administrativo en un centro de salud de Villa Gobernador Gálvez demanda que cumpla un horario de al menos tres horas diarias “porque no hay personal en el dispensario que tome los turnos”, aclara.
Si bien a medida que pasan los días las expectativas de encontrar gente con vida en el derrumbe se vuelve más incierta, Ariel no baja los brazos, tiene fe. Casi todos los que están ahí la tienen. “Nos enteramos por los medios de la situación y empezamos a comunicarnos con los distintos paramédicos: egresados, estudiantes y ex alumnos de la carrera y nos pusimos a disposición de las autoridades para ayudar en las tareas de búsqueda y rescate”, cuenta con naturalidad.

Los paramédicos autoconvocados (y todos los que participan en las acciones de salvataje y remoción de escombros) trabajan casi sin descanso y responden a los requerimientos de la brigada de Bomberos de Búsqueda y Rescate. “Es muy fuerte lo que se vive ahí adentro”, dice, con la mirada clavada en las vallas que separan el lugar de la tragedia de las cámaras de televisión. También dice que es una situación de estrés muy grande la que pasan los familiares de las personas desaparecidas, quienes  hacen vigilia las 24 horas a la espera de noticias, y es por eso que tratan de darles contención.

Entre los momentos más fuertes que Ariel recuerda haber pasado dentro de la zona del desastre está cuando le tocó atender a heridos en estado crítico. “También me movilizó mucho ver el trabajo codo a codo de otros compañeros que nunca viste en tu vida y saber que es todo por una misma causa”, dice antes de terminar la charla. Después desaparece tras el vallado, con su traje naranja, y vuelve al lugar del siniestro, a vivir en carne propia lo que durante los dos últimos años de la carrera de paramédico lo conoció a través de una suerte de simulacro de accidentes con víctimas múltiples.

(*) Nota publicada en diario El Ciudadano 

“La prueba viviente” de Patricia Suárez (*)

"En la escritura hay que hurgar en la piedra para sacar arte de ella", dijo la autora rosarina, quien presentará en La Feria del Libro una novela en la que navega la delgada línea que separa la comedia del drama y sobre la que da detalles junto a sus "singulares" métodos de escritura.

Foto Patricia Suárez, de blog Eterna cadencia


Graciana Petrone
La desventura confina a Mendo, el protagonista de La prueba viviente (Editorial Fundación Ross), la nueva novela de Patricia Suárez, a una vida de desaires y abandono. Cuando era niño, en un accidente de tren, perdió a sus padres y además debieron amputarle los dedos de los pies. Con la resignación propia de lo que no tiene remedio, cuando fue un adolescente el muchacho buscó refugio en sus propios pensamientos. Lejos de abrirle nuevos horizontes, sus fabulaciones lo enredaron en una cadena de sucesos disparatados e imprevistos a los que la multipremiada autora rosarina convierte, con su humor característico, en escenas que caminan por la delgada línea que separa la comedia del drama.

Vehemente y prolífica como pocas, con sus 43 años Suárez tiene más de 30 libros publicados de poesía, narrativa, ensayo y teatro. Es buscada por editoriales internacionales y fue galardonada con importantes premios. Aunque su producción incesante hace que los lectores puedan imaginarla con una estructura metódica de trabajo, la escritora asegura que “no siempre el orden, la inspiración y la sensibilidad van de la mano”, a lo que se le suma su rol de madre las 24 horas, lo que no es poco.
Poco antes de la presentación de esta nueva novela en la Feria del Libro Rosario 2013, Suárez dio detalles de su factura y de su particular universo creativo.

—¿Cómo armaste este personaje tan oscuro que es Mendo y a partir de él una historia tan dinámica como es La prueba viviente?
—Hubo dos cosas que tenía en mente desde hacía mucho tiempo y se confabularon para crearlo. Una, cuando yo era chica, tenía una vecina unos cinco años mayor, cuyos padres habían muerto en un accidente de tren. A ella la criaron los abuelos, que tenían una despensa. En el accidente la chica había perdido los dedos de los pies e iba a la pileta del club con skippers de plástico. (ya nadie debe saber qué eran las skippers). La otra idea que me daba vueltas es la de alguien que se vuelve loco al cumplir 20 años: es una edad muy frágil.

—Es una novela de humor, aunque un humor bastante especial…
—Y sí. En medio de cosas horribles, hay humor. Es la vida, ¿no?

—¿Ese dinamismo y los cambios constantes de escena de este libro tienen que ver con tu historia como dramaturga?
—Ay, no!!!. Nada que ver. En realidad, es como Jekill & Hyde. Para narrar tengo que olvidarme del teatro y viceversa: dos zonas que no se tocan. Pero el dinamismo creo que está basado en mi propio aburrimiento. Cuando me aburro de lo que está pasando, necesito cambiar de escena…

—¿Qué género preferís?
—Me cuesta elegir un género. Hoy día me siento cómoda en el cuento y el teatro. La novela es costosa, exigente de tu energía y concentración, necesitás dedicarte a ella lo más a pleno posible y es difícil de conciliar con mis trabajos. Yo vivo de escribir en medios gráficos, manuales de texto o por encargo, y siempre tengo algo que escribir además de la novela magna. El teatro me gusta porque es social y uno puede equivocarse, podés cometer errores. Entonces viene el director y te dice: “Hay una incongruencia dramática en la acción” y revisás y corregís. En ese sentido, la escritura dramática tiene menos presión, estás más acompañado. Y escribir cuentos hoy por hoy, que nadie quiere editarlos, es una delicatessen.

—Tu primer libro lo publicaste siendo muy joven y hoy llevás un promedio de un libro y medio por año a partir de ese primero, ¿cómo es un día de tu vida?
—Empecé a publicar a los 27. Mis días son un caos y así y todo trato de leer un libro, una obra, o lo que sea por día. Leo de todo, antropología, literatura, psicología, historia, recetas de cocina, libros para chicos, poesía. Tengo una nena de 10 años que está a cargo mío todos los días de la semana y cero ayuda doméstica, con lo cual a veces me siento como Alicia, que siempre llega tarde o se está yendo apresurada. Debería ser ordenada con la escritura, ¡y con la plata!, pero no me sale. Igual, el orden y la inspiración, la sensibilidad, no van de la mano. Así y todo, me levanto cada día lo más temprano posible, me tomo tres cafés y me siento frente a la compu. Tengo muchos proyectos abiertos de trabajo, así que trato de engancharme con alguno. Abro el documento, escribo el primer párrafo y… si fluye, sigo escribiendo. Si no fluye, me limito a mirar las actualizaciones de Facebook, las noticias de Yahoo, leo, hago la comida, voy a la lavandería, salgo a correr al Parque Lezama… Después apenas si tengo tiempo por la tarde para trabajar y a la noche estoy rendida de cansancio: no puedo juntar dos ideas.

—¿Cómo convive el trabajo de madre con el de escritora y en una ciudad como Buenos Aires?
—El año pasado viví unos meses en la ciudad de Santa Fe y cuando volví de allá a Buenos Aires –a mi barrio de San Telmo, donde vivo desde que salí de Rosario– podía escribir al atardecer. A un año de haber vuelto de Santa Fe, ya no puedo. Buenos Aires es muy agotadora, muy estresante: llegás rendido a la noche. Sin embargo, hay otros días en que me siento a la mañana frente a la compu y el texto fluye y es maravilloso, epifánico. Entonces no me despego de la computadora. Alimento a mi abnegada hija con sopas instantáneas de tres minutos u omelettes de queso (nuestros clásicos), no voy al gimnasio, no hago nada de la casa, suspendo los compromisos que tenía para ese día y sigo escribiendo. Cuando la intensidad, la inspiración, o la Musa se te presenta, no se puede desaprovecharla: hay escasas posibilidades de que un texto surgido en esas condiciones no sea un buen texto. Es como si fueras a un set de filmación en Hollywood como periodista, donde filma Jude Law, de quien siempre estuviste enamorada en secreto y él te ve y te susurra: “Siempre quise conocer una mujer como vos”. ¿Y qué hacés, le contestás “qué lindo, qué amable, pero justo tengo que llevar a la nena a la escuela que hoy entregan el boletín”?
 
—¿En qué estás trabajando actualmente?
—Terminé hace muy poquito una obra sobre mis abuelos maternos; se llama Marcela. Ahora me voy a pasar como dos meses en silencio, hasta que se me ocurra algo muy bueno. Quisiera hacer una obra inspirada en el cuadro La mujer barbuda, de José de Ribera, que era un español del siglo XVII que vivía en Nápoles. Investigué muchísimo sobre el tema, pero no me parece que sea el momento aún de lanzarme a escribirla. Aunque no sé, debería comenzar a borronear a ver si encuentro algo. Esto es un poco como la escultura: en la escritura hay que hurgar en la piedra, para sacar arte de ella.

Géneros, obras, premios
Narradora, poeta y dramaturga, Patricia Suárez imparte clases de escritura creativa a niños y adultos y colabora en distintos diarios y revistas culturales de Argentina y Uruguay. Entre algunas de las novelas y cuentos que escribió se encuentran Perdida en el momento (2003), Un fragmento de la vida de Irene S. (2004), Álbum de polaroids (2008), La cosa más amarga (2011) (novelas) y Esta no es mi noche (cuentos, 2005). Publicó también, entre otras, las obras de teatro Las polacas (2003), Trilogía Peronista (2005), La Germania (2006), y Herr Klement; los libros de poesía Fluido Manchester y Late. Al mismo tiempo es autora de libros de cuentos infantiles como Historia de Pollito Belleza (2010) y El cochero rata. Entre una nutrida serie de distinciones recibió el Premio Fondo Nacional de las Artes; el Premio Instituto Nacional de Teatro; el Premio Secretaría de Cultura de la Nación (2001), y el Premio Clarín de Novela (2003).

(*) Nota publicada en diario El Ciudadano

lunes, 27 de mayo de 2013

Walter Operto: memorias de un cronista

“No siento eso de periodista independiente. Sé que los hay, pero yo no”, reconoce y se define Walter Operto. El comunicador reveló cómo lo mataron a Ernesto Guevara.

Graciana Petrone
Operto, director teatral y periodista- Foto Ignacio Pettunci


No hay mejor arma para construir, resistir o rebelarse que la memoria y, de algún modo, es también la tinta con que se escribe la historia. “Es que la memoria mía es larga como mi vida”, dice Walter Operto. Y no es para menos, porque a ese hombre delgado, de 77 años, tez blanca, gestos amables y un hablar pausado y seguro, le sobran experiencias como artista, militante político y periodista. En 1967, mientras trabajaba en la revista Así, en Buenos Aires, hizo una investigación que reveló que el Che Guevara no cayó en combate sino que lo asesinaron; entrevistó a José Ignacio Rucci horas antes de que lo mataran y hasta formó parte de un grupo de guionistas independientes junto a intelectuales como Rodolfo Walsh, Jaime Kogan y Alberto Adellach.
Desde hace siete años dirige el Centro Cultural La Nave y es en ese lugar, que funciona en el subsuelo de la Asociación Bancaria, en San Lorenzo y Corrientes, en el que pasa la mayor parte de las tardes y las noches coordinando ensayos y castings, o preparando las puestas en escenas de obras teatrales. Hoy también evoca ese pasado intenso que está más cerca de la construcción y reconstrucción de la historia misma del país que de lo anecdótico, porque para Walter, que trabajó como reportero y cronista desde 1954, en esa profesión no hay medias tintas. “No siento eso de un periodista independiente. Sé que los hay pero yo no lo fui y mi generación participó siempre, de una manera u otra”, dice, y se pregunta: “¿Cómo podés ser un periodista independiente en un país en llamas, en un país por construir, en un país en donde hay estados revolucionarios y donde hay injusticias?”.
En 1955, la Revolución Libertadora lo encontró en la redacción de los diarios Democracia y Rosario, dos publicaciones que respondían al gobierno de Juan Domingo Perón, aunque “con el peronismo proscripto teníamos mucho trabajo porque nos ocupábamos, entre otras cosas, de las luchas de los obreros azucareros en Tucumán”. También cuenta que le tocó cubrir, desde sus comienzos, la aparición de lo que algunos llamaron “los curitas rebeldes”, un fenómeno que revolucionó la lectura de los Evangelios y que cuestionaba, entre otras cosas, la estructura vertical de la Iglesia Católica o la distribución de la riqueza. Ese grupo fue el que después se conoció como los sacerdotes del Tercer Mundo.
El Che y el factor azar
Si bien le sobran los motivos para hacerlo, Walter nunca alardea de sus experiencias en el periodismo pero cuando se le pregunta por la investigación de la muerte del Che  intenta no dejar afuera del relato ningún detalle. “Ocurrió hace muchos años, tengo que hacer memoria…”, dice mientras sonríe, y después de unos segundos explica que a finales de la década del 60 trabajaba como redactor en la revista Así y en Crónica junto a colegas como Joaquín Gianuzzi (también conocido como “el poeta  nacional”) y Juan José Sebrelli. Algunos de los colaboradores eran Abelardo Ramos o Alberto Jauretche. “Toda una militancia periodística de izquierda nacional en la búsqueda de la síntesis para construir”, evoca.
En octubre de 1967, entre los rumores que decían que el Che estaba desparecido, preso en Cuba o que había muerto en el Congo, llegó un cable a la redacción de la revista con la información de que había caído durante una batalla en la Quebrada del Yuro, en Bolivia y cuenta: “Eso es lo que me mandaron a cubrir, viajamos con el fotógrafo Hugo Lazaridis en un avión Cesna que tenía Crónica y en Valle Grande, la ciudad en la que bajaron el cuerpo del Che al día siguiente de su captura, yo inicio una serie de investigaciones”.
Operto expone esos detalles con tranquilidad, como si reviviera con cada palabra los entretelones de una experiencia única, por la que cualquier periodista quisiera pasar. Después explica que el cuerpo del revolucionario fue exhibido durante seis horas en el hospital Señor de Malta y ahí el coronel Selnich, del ejército boliviano, le dice que el Che había muerto por las heridas recibidas en combate luego de caminar unos diez kilómetros, herido. Sin embargo, cuando el cronista le pide entrevistar a los soldados que pelearon contra la guerrilla, para corroborar los hechos, el militar le dice que eso no va a ser posible “porque no están en Valle Grande”.
“Cuando hablo con uno de los médicos que había hecho la autopsia del cadáver del Che me describe que el cuerpo tenía siete disparos: en piernas, en el hombro izquierdo y en los brazos, pero que ninguno era mortal. Sí me dijo que tenía uno de muerte a la altura de la tetilla izquierda y entonces le pregunto si en esas condiciones podría haber caminado diez kilómetros y me dice que de ninguna manera, que ese tiro le provocó la muerte instantánea”, explica. En ese contexto es que juega un papel fundamental el factor azar y hace que Operto se encuentre, sin buscarlo, a los soldados en el hospital de Valle Grande, cuya presencia le había sido negada por el coronel.
“Así fue que recogimos cinco o seis testimonios de los soldaditos que decían que el Che había sido fusilado al día siguiente y no en combate, lo que contradecía a la información oficial que el gobierno boliviano todavía sostenía acerca de que había muerto por las heridas recibidas en la lucha el día anterior”, recuerda, y también cuenta que a esa entrevista se le sumó el camarógrafo Chousiño, que trabajaba como corresponsal en Buenos Aires de la cadena norteamericana Columbia Broadcasting System (CBS), quien registró las imágenes. Sin embargo, durante los dos días siguientes el gobierno de Bolivia sostuvo su versión y acusó a Operto y al fotógrafo de la revista Así de ser “periodistas pagos por la guerrilla”, y evoca: “Cuando llegamos a Buenos Aires escribí la nota con todo ese material, fue una primicia mundial. Después se difundieron las secuencias por la CBS en Nueva York en la que yo aparecía preguntándole a los soldaditos, y eso derrumbó la versión oficial boliviana, la que también era sostenida por Estados Unidos en aquel momento”.
Dos años después de aquella investigación sobre el Che formó parte de un grupo de dramaturgos que se reunían en el teatro Payró, en Buenos Aires, y que estaba coordinado por Jaime Kogan. Cuenta que el director lo convocó a él, a Rodolfo Walsh, Alberto Adellach y a Ricardo Monti “para construir un repertorio de teatro político, para que fuera una herramienta de reflexión y debate en aquel momento”, y aclara que los encuentros no continuaron porque una bomba puesta por la Triple A voló la emblemática sala. De esas reuniones salió su primera obra: “Ceremonia al pie del obelisco”.
Para Operto, la dramaturgia está muy cercana a las prácticas de las estructuras periodísticas. “Yo descubrí que podía hacer teatro trabajando como periodista porque el periodismo es eso: contar historias”, asegura. También, un tanto melancólico, dice que hubo episodios en su vida que tal vez no fueron tan fuertes como el del “Che” pero que lo marcaron como profesional y como hombre. Algunos son el último reportaje que le hizo al sindicalista Rucci, la muerte del sacerdote Carlos Mujica, de quien además era muy amigo y muchas otras notas que “dan vueltas en su cabeza” pero que giran sobre lo mismo: ayudar a reflexionar a que los grupos  sociales retrasados encuentren un espacio para expresarse. “No sé si fue una decisión política, creo que fue una decisión de vida. –dice con una sonrisa– También colaboré con organizaciones armadas… en fin, creo que en vez de una nota tendríamos que escribir un libro”.
Nota publicada en diario El Ciudadano
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lunes, 1 de abril de 2013

Noemí Escandell: el arte de crear universos con luz y vida propia

Por Graciana Petrone.- Con la muestra “Antología”, la obra de la emblemática creadora podrá verse durante abril en el Museo Castagnino.
Noemí Escandell 2013- Foto, Sofía korol







Las obras de Noemí Escandell son pequeños universos que tienen luz y vida propia. Mimí (como le gusta que la llamen) fue coautora de “Tucumán Arde”, la emblemática producción de vanguardia que funcionó como foco de resistencia cultural a la dictadura de Onganía, en 1968. “Antes de eso hice Estructuras primarias –cuenta– guardé esas piezas en la casa de un colega pero en 1977 la patota de Feced me la hizo mierda”. Felizmente, algo de esas “Estructuras primarias” logró salvarse de la destrucción completa y forma parte de la muestra “Antológica” que, con curaduría de Roberto Echen, podrá verse hasta fines de abril en el primer piso del Museo Cas-tagnino, de avenida Pellegrini y bulevar Oroño.

Desde hace más de 50 años Mimí trabaja  para modificar, interpelar y transformar la realidad con cada una de sus esculturas, intervenciones y pinturas. Es una de las artistas plásticas más importantes del país y a diferencia de otros de sus colegas que emigraron a Buenos Aires o a Europa, ella eligió quedarse en la ciudad. Fue docente de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario desde 1964 hasta 2007 pero no descansa y actualmente sigue dando clases en el atelier de su casa de barrio Pichincha.

“Mimí pertenece a la historia del arte de Rosario y a la historia del arte argentino y, por otro lado, está aquí y ahora con una obra que sigue man-teniendo la vigencia de lo contemporáneo”, dice el cu-rador. Así, una puerta que lleva al “paraíso perdido”; una historia clínica real de un enfermo de HIV; un hombre y un pez que reflejan numerosas imágenes adentro de una pecera, intervenciones fotográficas y una imponente estructura vertical rellena con pelotas de fútbol son algunas de las piezas que integran una muestra que rescata sólo una parte de su extensa producción.

Caminos con historia
El recorrido de “Antológica” empieza con la ficha clínica de un enfermo de HIV, fechada a finales de la década del ’80 y que se exhibe por partes enmarcadas y colocadas una al lado de otra sobre la pared. Esa es la forma con que la ar-tista retrata una “tragedia” y habla, según explica, sobre la “cultura del hombre, de todo lo que el hombre hace en el dominio de la naturaleza y de cómo descubre que lo único que no puede dominar es su propia muerte”.

El paciente al que hace alu-sión Escandell no superó la enfermedad y es por eso que la obra siguiente se llama “Puerta al paraíso perdido”, casi como una continuidad de la anterior pero que busca, posiblemente, la salida hacia un mundo mejor.

Estas creaciones pertenecen a “Currículum vitae de los hombres y mujeres de la multitud”, una serie de trabajos que realizó durante los años 90, inspirado en las nuevas problemáticas sociales que surgían en vísperas del siglo XXI y el HIV era uno de los principales flagelos.

Cada una de las producciones de Escandell está perfectamente enmarcada dentro de un contexto social, histórico y político determinado: la realidad no le es ajena como tampoco lo son sus obras a la realidad. “El material con el que se construye su obra es la vivencia cotidiana, el aquí y ahora, más allá de si es óleo, bronce o madera. Esa cosa que tiene que ver con los medios de comunicación, con la información y con lo que ella experimenta en su propio tiempo”, asegura  Echen.

En el primer piso del museo también se exhibe “Desaparecido”, una de las obras que tal vez mayor impacto social tuvo. Se trata de la intervención de una fotografía de “La Piedad”, de Miguel Ángel Buonarotti, a la que le borró la cara a Jesús y le puso un pañuelo blanco a la Virgen. Así, nuevamente el compro-miso con el entorno envuelve el arte de Escandell. Pero la lista sigue: entre 1977 y 1986 pintó un carro tirado por un caballo. “Este trabajo me llevó diez años de discusión”, asegura. Pero en realidad fue creado en un contexto en que las medidas económicas implementadas a partir del Golpe de Estado del 76 obliga-ron a los trabajadores rurales a emigrar a la ciudad junto a sus principales símbolos de pertenencia como son, justamente, el caballo y el carro.
Invitación - Foto obra "Desaparecido"
Coherente con su militancia del arte Mimí no expuso du-rante la última dictadura y volvió a hacerlo después de 1983. Sus obras también se exhibieron en Estados Unidos, Suecia y Brasil. Además, participó de las bienales y encuentros más importantes del mundo. Hasta fines de abril en el Museo Castagnino pueden verse también algunas de sus creaciones más recientes, hechas en enero de este año. Todas son sorprendentes pero cuando se le pregunta qué período de su producción le gusta más afirma que es “el de ahora, sin dudarlo. Porque estoy madura. Porque sé lo que sé. Porque también sé lo que no sé”.

(*) Nota publicada en el diario El Ciudadano de Rosario - Lunes 1º de abril de 2013.

sábado, 16 de febrero de 2013

Rubén Gauna y sus aventuras en cómic sobre la Comunidad de los Osos (*)

Por Graciana Petrone

El dibujante, Rubén Gauna

Desde chico Rubén Gauna tuvo el don de dibujar. Aunque su intención era ilustrar cuentos infantiles, su profesión tomó otros rumbos y hoy es uno de los pocos en el país que se dedican a hacer comics gays para adultos sobre la “Comunidad de los Osos”. Con un talento innato, asegura que lo que aprendió en cuanto a tecnicismos del oficio fue en el colegio secundario donde tal vez muchas de sus horas pasaron mientras hacía bosquejos de superhéroes, dragones o personajes similares a los de Mafalda, de la que es fanático.

Le hubiese gustado estudiar Bellas Artes o Diseño pero “no se pudo dar” y pese al éxito que tuvieron los dos volúmenes de su tira “Horror, desperté con un cazador”, en la que cuenta la relación de pareja entre dos hombres desde lo cotidiano, todavía  mantiene el trabajo de administrativo en una empresa.

Sus primeros pasos en las ilustraciones gays surgió “casi por accidente” cuando hace unos diez años dejó carpetas con bosquejos y dibujos “en todas las editoriales de Buenos Aires” con la intención de participar en cuentos infantiles, pero el artista no tuvo respuestas. “Me agarró una especie de depresión. Paralelamente estaban apareciendo las redes sociales y me di cuenta que podía contactarme con gente de otros países, lo que una década atrás era imposible”, dice. A partir de ahí fue que sus pasos en el oficio tomaron caminos impensados.

A través de un sitio en internet se contactó con músicos del underground y así fue que conoció a Juan Pablo Malvasio, cantante y productor, entre otros, del disco “Folk Electrochongo”. El músico “regalaba” sus canciones en la web a quienes se lo pedían. “Me gustó lo que escuché y le dije que lo que yo hacía daba para promocionar la tapa de algunos de sus simples y le di un dibujo, de la misma manera que él me había regalado sus temas”, cuenta. Gauna también le diseñó los stikers para promocionar sus recitales pero la historia no terminó ahí, porque además, empezó a ilustrar las portadas de álbumes de otros artistas.
 
El mundo de los osos
Las historietas de Gauna giran sobre los “osos gay”, temática que tuvo sus primeras apariciones en el mercado editorial japonés durante los ’90. Casi una década después, el artista se contactó a través de Yahoo con dibujantes de otros lugares del mundo con quienes compartía los mismos intereses y creó los primeros pasajes de “Horror, desperté con un cazador”, lo que sería una historieta que contaría en poco tiempo con dos ediciones impresas del formato de la célebre “Mafalda”, de Quino.

La comunidad de los Osos es un término que se usa para distinguir a una suerte de “subcultura” dentro del mundo gay formada por hombres robustos, con bello facial y corporal tupido, tales son los casos de los personajes ilustrados por Gauna.

Muchas de las historias que escucha a diario o los momentos que vive junto a un grupo de amigos son los motivadores de sus tiras. Algunos pasajes “tienen influencias de películas de Almodóvar, novelas mexicanas o superhéroes”. El título de las dos ediciones de sus libros - “Horror, desperté con un cazador” -, fue una frase que le dijo su pareja una mañana al despertarse. “A partir de ahí la usé para contar qué era la comunidad de los osos y relaté la misma historia desde el punto de vista de los distintos protagonistas”, asegura.

Más tarde, subió a la web algunos episodios de la tira y causaron furor en la red, tanto que se multiplicaron rápidamente los “Me gusta”, como también  los comentarios con los que sus seguidores pedían que continuara la trama. Las redes sociales jugaron un papel fundamental para este artista que confiesa que le gustaría poder vivir de sus dibujos, ya que a través de Facebook se contactó con Casa Brutus y así la empresa le encargó diseños de postales de temática gay para Navidad y el Día del Amigo.

Anatomía del peluche,primer episodio

El 14 de febrero, en coincidencia con el Día de San Valentín, Rubén Gauna subió a la web el primer capítulo de la nueva tira Anatomía del peluche, que cuenta la historia de un “oso”  que se acaba de separar de su pareja y cree que debe empezar una dieta para adelgazar para cambiar su imagen y así mejorar su vida afectiva. El episodio estará disponible en el perfil de Facebook/ Anatomía del peluche.  Además, eldibujante ya trabaja en otras dos tiras: 2 BRoke Bears, que ya empezó y tiene traducción al italiano en un blog de comics LGTB del país europeo y La liga osuna, que empezará en abril.  

Ruben Gauna en la presentación de Horror, desperté con un cazazdor
Historias con eje en la discriminación

A Rubén Gauna nunca se le había pasado por la cabeza crear tiras gay para chicos. Pero un malentendido volvió a cambiar los planes del dibujante porteño cuando hace un tiempo fue entrevistado por una periodista quien subió a un blog una nota titulada con una supuesta cita del artista en la que sostenía: “Quiero dibujar historietas gay para niños”. 

Los comentarios agresivos y homofóbicos comenzaron a proliferarse a raíz de ese artículo y Gauna explicó a El Ciudadano que lo que él había dicho, en realidad, era que siempre quiso hacer “historietas infantiles”, pero fuera de la temática homosexual. Debido a la reacción de la gente en la web sintió que era necesario hacer algo desde su lugar de trabajo y aseguró: “Ahora sí quiero hacer historietas gay para chicos”.

Es cierto que el género del cómic es un buen recurso para llegar a los lectores más jóvenes, sobre todo adolescentes y niños, pero todavía el artista no tiene nada definido en cuanto a historietas sino que se encuentra en pleno proceso de producción de las ilustraciones de un libro de cuentos juveniles hecho por un grupo de escritores cordobeses.

“La temática es la discriminación sexual y es por eso que estoy dibujando uno de los relatos que trata sobre un chico que es gay, que usa un uniforme de cuero y cuando los compañeros se enteran de su condición sexual lo echan del grupo”, explicó.  En tanto, en abril empezará a crear una historieta de superhéroes, pero ya para formato de revista y en colores, la que estará dirigida al público adulto.
 

(*) nota publicada en el diario El Ciudadano de Rosario el 14 de febrero de 2013.


    

lunes, 11 de febrero de 2013

Jorge Riestra: la memoria de un escritor de ciudad

“Algunos dirán que el café es mi segundo hogar…”, sostiene el autor de “Salón de billares” y “El taco de ébano

Por Graciana Petrone (nota pulicada en el dairio El Ciudadano)

Foto: Juan José "Tatín" García

Jorge Riestra lleva algo más de siete décadas en el oficio de escritor desde el día en que con 14 años y seguramente también con pantalones cortos le puso fecha a su primer relato. “Desde entonces he visto al país, he visto mundo…”, dice. Pero, sobre todo, ese “hombre de ojos húmedos”, como lo describió Adrián Abonizio en uno de sus cuentos, es autor de libros emblemáticos que forman parte del imaginario popular como lo son “Salón de billares” y “El taco de ébano”, dos obras referenciales escritas entre 1955 y 1961 que hablan sobre un mundo casi extinto, porque uno de los pocos “cafés” que sigue en pie es el de Sarmiento y Mendoza, lugar al que el notable autor, sin perder su costumbre nocturna, visita dos y tres veces por semana.

Se considera un hombre de ciudad porque desde ella puede ver el país y desde ahí también el mundo. Vuelve de los viajes sin ideas para sus libros porque “las historias surgen de la ciudad”. En su lugar de trabajo hay un escritorio; una máquina de escribir (Riestra no usa el procesador de texto de la computadora); libros (muchos libros); fotos (muchas fotos) y una ventana que mira al cielo. También hay silencio.

La mayoría de los lectores lo asocian con la noche y los billares y es esa una realidad que no puede eludir, aunque también es una apreciación un tanto injusta. Su primer libro, “El Espantapájaros”, apareció en 1950. Dos años antes un grupo selecto de intelectuales que se reunió en la casa de don Hilarión Hernández Larguía realizó una lectura colectiva de la obra y todos coincidieron acerca de sus condiciones. También es autor de “La ciudad de la Torre Eiffell”; “Principio y fin”; “A vuelo de pájaro” y “El Opus”, entre otros. En 1992 los memorables relatos que integran “El taco de ébano” fueron encontrados por un editor en las estanterías de una librería de viejo en La Coruña y se publicaron en España. Todos sus títulos tuvieron tiradas de miles de ejemplares.

Está convencido de que el oficio que eligió es hermoso, aún “con su carga de angustia, la que provoca el hacer y el no hacer” y hay una coherencia incorruptible entre lo que dice y esas “cuestiones de coyuntura que impulsan al cambio y que son pocas en la vida”. Es abogado pero guardó el título en un cajón para crear “Salón de billares”. Ejerció durante muchos años la docencia en la ciudad, pero por escribir rechazó una beca de la Universidad de Houston con la que tal vez hubiera dado el salto a Harvard. “Supeditaba todo a la tarea, hasta tenía miedo de casarme y tener hijos”, confiesa. También formó parte de los últimos años de la Biblioteca Vigil: “No me interesaba el dinero, quería integrar un proyecto con bases democráticas en un país que siempre estaba al borde del totalitarismo”.

De café en café
La trama de “Salón de billares” transcurre en el café “Nuevo Sol”, reducto que existió realmente y que se llamó “Los 20 billares”, también conocido como “Olimpia”. En su época de mayor esplendor funcionó en Rioja entre San Martín y Maipú. Más tarde, en 1977, se mudó a Maipú y Santa Fe hasta que cerró definitivamente en 2002 vaciado por el neoliberalismo menemista al igual que los bancos, la salas de cine y el impulso de la participación política juvenil.

Hoy, donde funcionó el Olimpia, abre sus puertas casi con irreverencia la sucursal de una bombonería. Las góndolas ocupan el espacio que antes llenaban  las mesas de casín y la iluminación estridente y matinal del local reemplazó al humo del cigarrillo que formaba nubes blancas y espesas debajo de las lámparas. “Algunos dirán que el café es mi segundo hogar…”, dice, y asegura que el sitio es generador de una “especial camaradería entre hombres” y justamente en Salón de billares es donde se describe esa esencia. También en el libro Riestra muestra con fidelidad esos personajes nocturnos, silenciosos, taciturnos o tangueros que lo frecuentaban, donde no existían las conversaciones sobre la familia o de la mujer como mujer o la política, “porque la política es separadora

“Está todo tan bien que si querés te podés ir a Alaska”

Por Graciana Petrone (nota publicada en el diario El Ciudadano de Rosario)



Santiago Uranga vive en el corazón de la selva chaqueña. Alquila un campo de 40 hectáreas donde pasa la mayor parte del tiempo plantando algarrobos negros. Tiene 38 años y un estilo parecido al Bahiano, aunque después de dejar Los Pericos y perder el pelo. Antes de eso viajó por todo el mundo –o casi todo, porque el único continente que le falta conocer es África– y en Asia alcanzó a subir más de seis mil metros al Monte Everest: “Un poco más arriba de donde llegó el chabón ese rubio, el de la televisión”, dice riéndose, en referencia a Facundo Arana. En Costa Rica se ganó la vida sacándoles fotos a los surfistas y cuando cruzó el Caribe colombiano, en la frontera con Ecuador, conoció a tres hombres que le dijeron que eran de las Farc, las temidas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. “No sé si me mintieron, pero lo que sé es que los tipos estaban afilados…”, le dice a El Ciudadano mientras se apronta para su próxima aventura: viajar en un Fiat 600 hasta Alaska. La travesía, en rigor, ya comenzó: ayer a las 9, Uranga y su amigo Juan Manuel Rizzatti se despidieron de Rosario en el Monumento a la Bandera, se subieron al fitito y se fueron a la ruta.

Cuando le preguntan en qué ciudad nació pareciera que lo tiene que pensar. Pasan unos segundos y contesta: “Buenos Aires”. También estuvo un tiempo en Rosario, de donde dice que se llevó la pasión por Central y seguro plantó una bandera del Canalla junto a los algarrobos. Pero la historia no termina en el corazón del Chaco. Hace algo más de un año que compró un fitito modelo 64 y lo hizo restaurar como si fuera un cuadro de Tintoretto. Lo que en realidad quería Santiago era irse con el auto a Uruguay, pero entró en dudas sobre si tenía los papeles en regla. Llamó al comisario del pueblo rural donde vive y le pidió que se lo averigüe: “Está todo tan bien que si querés te podés ir a Alaska…”.

Se lo tomó al pie de la letra. Así empezó a planificar otro viaje, pero esta vez de 22 mil kilómetros y arriba de un Fiat que el año que viene cumplirá cinco décadas. Aunque asegura que entendió perfectamente que lo que le dijo el policía fue en sentido figurado, la idea le hizo ruido en la cabeza y contactó a Juan Manuel, un venadense de 23 años al que conoció en la selva chaqueña y con el que se hicieron muy amigos. “Che, ¿te querés venir conmigo a Alaska en el Fiat?”, le preguntó. Del otro lado, no sólo tomaron en serio. Es más, su amigo le contestó que le había alegrado el día.

El viaje a Uruguay lo hizo de todos modos y no para probar si el fitito aguantaba, sino para “tocarle la puerta de la casa” al presidente de la empresa Fiat en Argentina. La idea era conseguir apoyo para la travesía hasta Alaska, aunque no con dinero en efectivo: lo que le pidió fue asistencia mecánica en los países de Latinoamérica donde el gigante automotriz cuente con talleres oficiales. Pero el CEO no le dijo que no. En realidad todavía están en tratativas y Santiago se tiene fe: si para la multinacional sería un gasto insignificante y los dos aventureros pasearían al espónsor a lo largo de todo el continente.

Semillas de las buenas
Santiago es un amante de la naturaleza, sobre todo de las plantas. Es esa, además, una de las razones por las que eligió vivir en medio de la selva chaqueña. Cuenta que con Juan Manuel tienen pensado plantar semillas de arcilla en cada ciudad y pueblo por el que pasen. Cuando habla de árboles su mundo toma otra dimensión. Explica como un experto las bondades de la siembra y destaca que el árbol leguminoso toma mayor cantidad de nitrógeno del aire, lo que favorece el crecimiento del pasto y de esa manera se pueden alimentar más animales.

Desde su mirada itinerante también descifra lo que para la mayoría pasa inadvertido nada más que por ser cotidiano: “Acá en Rosario, sobre la costanera –no sé quién fue el intendente que lo hizo– pusieron muchos lapachos y jacarandás. Por los años que tienen hoy debe haber sido (Miguel) Lifschitz. Nadie se da cuenta porque son árboles chicos todavía pero cuando crezcan, la zona de los Silos Davis en septiembre va a estar toda teñida de rosa y entre octubre y noviembre  también va a tener los violetas del jacarandá. Va a ser un estallido de colores”, se entusiasma.

Dice que la ruta hasta Alaska la terminarán en un año aunque lo cierto es que ni él mismo lo sabe. “Los viajes son para conocer lugares –asegura– pero sobre todo conocer gente y hacer amigos como me pasó cuando crucé de Tailandia a Laos en un barquito: ahí conocí a un grupo de guerrilleros con los que terminé tomando cerveza hasta las cuatro de la mañana”, cuenta.

Con Juan Manuel tienen pensado llevar un equipaje más que liviano: dos guitarras, una armónica, una cámara de fotos profesional y un equipo térmico con el que pueden sumergirse en aguas heladas para capturar imágenes desde adentro del mar. Por supuesto, no va a faltar el bolso con semillas de árboles de todo tipo.

Todo está calculado, hasta cómo se van a ganar la vida: será sacando fotos a los surfistas en la zona de Centroamérica y tocando la guitarra. “En realidad –confiesa Santiago– el que sabe tocar la guitarra es Juan Manuel, yo lo voy a acompañar”. Pero está convencido de que después de un año seguro que algo va a aprender a tocar y no sería extraño que, por lo aventurero y audaz, vuelva de Alaska convertido en todo un Jimi Hendrix.

jueves, 23 de agosto de 2012

Diego Capusotto: “A veces estoy en mi casa, veo algo, y eso me dispara todo lo contrario al mensaje que estoy recibiendo o a la intencionalidad de ese mensaje” (*)

Entrevista al intérprete de Violencia Rivas y Bombita Rodríguez
GRACIANA PETRONE

Diego Capusotto

Peter Capusotto y sus videos comenzará su séptima temporada en la TV Pública. Para algunos, un programa “considerado de culto” que combina el humor político, el absurdo y el rock and roll. La exitosa emisión, que entre otras cosas generó dos libros y una película que circuló dentro del gran aparto comercial cinematográfico, se transmitió primero en el sitio Youtube y señales de cable como clips músicales o perfomances que ridiculizaban a los estereotipos sociales argentinos de finales de la década del ’60. Más tarde, aparecieron una serie de personajes disparatados como el frustrado peronista revolucionario Bombita Rodríguez; la verborragia vehemente de Violencia Rivas y una devenida clase media conservadora y antisemita satirizada por el genial, y no menos deleznable, Micky Vainilla.
PEter Capusotto y Pedro Saborido
Según circuló en algunos medios virtuales Peter Capusotto y sus videos es un programa “considerado de culto”, ¿coincidís con eso?
Generalmente es una consideración ajena a quien lo hace. Uno nunca hace algo pensando que va a tener una categorización. Simplemente uno tiene ganas de expresar algo y que eso circule.


Cuando comenzaste este ciclo, hace seis temporadas atrás, ¿imaginaste que iba a tener el éxito que tiene actualmente?
No, porque fue como una especie de recreo que nos tomamos con Pedro (Saborido), sin saber bien qué podía pasar, empezó por cable, no tuvo ninguna pretensión de gran audiencia, se fue experimentando sobre la marcha y generó lo que generó, a pesar nuestro.

El ciclo se basa en personajes que de a poco se fueron instalando en el imaginario y son casi una muletilla. ¿Va a haber personajes nuevos?
Va a haber bastantes cosas nuevas que es, de alguna manera, lo que nos motiva a continuar con este ciclo. Siempre se va haciendo un análisis de los personajes que están instalados y cuáles son de ellos los que tienen, para nosotros, más cosas para seguir contando y cuáles son los que quedan desplazados. Que es lo que va a pasar en este ciclo. Vamos a continuar con cosas ya conocidas por todos, otras no estarán y habrá cosas que se nos fueron ocurriendo a lo largo de este año y del anterior.

¿Se pueden saber algunos detalles…?
No, generalmente yo no anticipo. Inclusive se comenta por Internet sobre personajes que van a estar pero son personajes que tienen que ver con el libro, no con el programa. No me gusta adelantar porque para mí, la sal del asunto, es que el espectador se sorprenda en el momento en que el programa tiene vida. Las cosas creo que hay que verlas y después de ahí gozarlas, o no. Pero lo que sí puedo adelantar es que van a haber cosas nuevas y que el primer programa va a estar bastante teñido de eso.

Hablaste del libro, Peter Capusotto fantástico, un libro editado hace pocos meses que alcanzó un record de ventas muy alto en el género de humor…
No lo sé en cifras. Imagino que la gente que es un poco aliada del programa puede elegirlo y disfrutarlo. Es parte de una serie de ideas que junto a Pedro (Saborido) se disparan. No tenemos la pretensión de hacer, por lo menos ahora, otro, aunque también existe la posibilidad porque es lo que sabemos hacer.

Humor…
Y si, es lo que sabemos hacer y lo que nos nace hacer por eso hacemos libros de humor y no libros de economía.

Igual sería interesante leer acerca del análisis económico de Bombita Rodríguez, por ejemplo…
(Risas) Desde ya, incluso se podrían esclarecer algunas cosas desde la más absoluta ignorancia.

¿Cómo es la construcción de un personaje de Peter Capusotto? Puede ser una pregunta arbitraria, pero a veces da la sensación que Violencia Rivas es una mezcla de Hebe de Bonafini con Violeta Rivas y Micky Vainilla una suerte de Aníbal Pachano con Aldolf Hitler…
(Risas) Son disparadores de algo que uno ve y que los convierte en otra cosa. Generalmente a mí se me ocurren cosas que veo y muchas veces no con una disposición humorística. A veces estoy en mi casa, veo algo, y eso me dispara todo lo contrario al mensaje que estoy recibiendo o a la intencionalidad de ese mensaje. En definitiva, uno tiene un espíritu medio burlón y a partir de ahí nacen las cosas. Todo puede ser modificado, todo puede convertirse en otra cosa y un poco esa es la base del humor.

Esta va a ser la séptima temporada de Peter Capusotto y sus videos en la TV Pública, ¿recibiste otras propuestas para hacerlo en otros canales?
Si, eso sucede porque nosotros ya tenemos un poco de historia en la televisión y hay gente de otros canales que quiere, a veces con la mejor intención, que el programa pueda formar parte de su grilla, pero nosotros optamos por quedarnos ahí porque es un lugar que no tiene filtro y que permite que al programa lo podamos tener dominado nosotros que somos quienes lo hacemos. Como eso es más difícil de que suceda, quizás en otros canales en los que puede haber personeros que estén un poco arriba del programa, entonces preferimos quedarnos ahí.

Acerca del humor político…es una expresión frecuente que es más difícil hacer reir que hacer llorar, pero mucho más lo es hacer reir con una parte de la historia argentina que es la gran tragedia argentina: la militancia de Montoneros, López Rega, Onganía o el mismo bombardeo a plaza de Mayo. Vos no generás rechazo sino cada vez más adeptos…
Alguna vez he escuchado en alguna película, creo que de Woody Allen, que el humor es también dejar pasar el tiempo. Generalmente el humor siempre hace una mención a algo que no deja de teñirse de tragedia. Siempre nos estamos riendo del dolor o hacemos humor para escapar del mismo. Hay que ver cómo se hace, en qué momento se hace y donde uno puede, como espectador, adivinar la intencionalidad de quién lo hace también. Son una serie de cosas que hacen que algo pueda hacer, de alguna manera, y no digo bien recibido porque me suena a corrección, pero que impacte en quien lo está mirando y que a la vez pueda originar algún tipo de debate o de lo que fuera, lo que queda a criterio de quién lo ve, con quien nosotros no solemos meternos, la mirada de cada uno es personal, es propia y sólo llegamos hasta ahí. Lo que nombramos está todo incluido, desde algo que tiene que ver con algún enclave político, un hecho histórico o, simplemente, la idea del humano frente al universo y, a partir de ahí, podés contar cualquier cosa.

(*) Entrevista realizada en el programa Viaje a Babilonia, que se emite por Radio Nacional Rosario y que conducen Graciana Petrone y Federico Gayoso.

Por la recuperación del patrimonio económico y cultural de la biblioteca popular Constancio C. Vigil

"Importantes avances en causa por delitos de lesa humanidad".

GRACIANA PETRONE

Directivos históricos de la biblioteca Constancio C. Vigil
Muertes, torturas y desapariciones perpetradas durante la última dictadura en la Argentina fueron un mecanismo para infundir temor y así llevar adelante un plan de exterminio cultural. “A quienes les llegaba ese mensaje, quedaban enmudecidos, por eso es muy importante que se investigue para llegar a correr el velo, para saber qué sucedió, cómo sucedió y conocer quiénes son los responsables al respecto, tanto militares como civiles”, dice Marcelo Abaca, uno de los abogados querellantes en la causa de la biblioteca popular Constancio C. Vigil, institución que fue devastada durante la intervención en 1977.

El edificio de Alem y Gaboto
En una decisión judicial sin precedentes en la provincia de Santa Fe, el magistrado Marcelo Bailaque ordenó que se reabra la investigación, no sólo por las detenciones ilegales y amenazas contra los miembros de la comisión directiva de la tradicional biblioteca popular el barrio La tabalada, sino también sobre los delitos económicos que fueron perpetrados contra la Vigil durante la última dictadura militar. “Cívico-militar”, aclara Abaca. La decisión de Bailaque contempla también "plenos efectos penales" y la Justicia deberá decidir sobre la restitución del patrimonio económico que les fue quitado.

El pasado jueves 16 de agosto, la actual comisión directiva de la biblioteca, formada en asamblea el 30 de julio de este año por parte de sus antiguos integrantes: Augusto Duri como presidente; Raúl Frutos, vicepresidente; Antonia Frutos como secretaria y Luis Fiña, presentó en la legislatura de la provincia, a través de la Cámara de Diputados, el proyecto para la devolución de bienes, con la firma de más de veinte legisladores, que abarca prácticamente todo el arco político de las bancas santafesinas.

“Al menos hay una decisión política tomada con respecto a la devolución de estos bienes, que serían en Alem y Gaboto, el edificio principal, y en la manzana en la que está la escuela primaria entre las calles Ayacucho, Alem, Virasoro y Gálvez”, explica el abogado.

Pero también existe otro debate en torno al vaciamiento de la institución. “Se genera una situación atípica en relación a la investigación sobre unas hectáreas que teníamos en Villa Gobernador Gálvez, que hoy son propiedad, en parte, de ese municipio y otra parte fue comprada por el frigorífico Paladini”, dice. El gobierno de Carlos Reutemann le entregó 500 mil dólares a quien era entonces intendente, Pedro Gonzáles, para la construcción de viviendas sociales. Según cuenta Abaca, “se compraron de manera directa, en 1995 a la liquidación de la Vigil, casi 40 hectáreas y aproximadamente unas 9 o 10 fueron vendidas a Paladini, lo que también será materia de investigación la decisión judicial acerca de esa operación comercial”.

ASAMBLEA EN 2012 Y UN AÑO DE LOGROS
El pasado 30 de julio, en asamblea, se eligió la actual comisión directiva. De esta manera la biblioteca está en condiciones de inscribir a nuevos socios con una cuota, casi simbólica, de 15 pesos. “Estamos asociando en el bar que está frente a la Vigil y que se llama justamente, la Vigil. Casi con seguridad, la semana próxima, tengamos un lugar dentro de nuestro propio edificio en la torre donde funcionan las áreas de cine, teatro y bellas artes. Estamos ultimando detalles con las autoridades provinciales para que definan cuál va a ser el espacio que vamos a tener. Son todas novedades muy positivas y novedosas para nosotros, después de todos estos años de lucha”, asegura.

También la semana próxima serán citados todos los querellantes, con el fin de comenzar la ronda de testimonios en el marco de esta causa.

LA INTERVENCIÓN
La historia oscura de la biblioteca Vigil comenzó en febrero de 1977 cuando una patota, bajo el mote de "comisión normalizadora" e integrada por los ex represores Agustín Feced, César Esteban Molina y también el civil y abogado Maldonado Puig, entre otros, negaron a los directivos de la institución el ingreso al lugar mientras se escudados por efectivos de la fuerza policial. Celina Duri, hija de Agustín Duri, que por entonces tenía 11 años, fue llevada a un cuarto a solas con un miembro de la patota, quien la retuvo por varias horas, amedrentándola, con el fin de “sacarle información”. Hoy Celina Duri forma parte de la actual dirección de la biblioteca y es miembro querellante en la causa que investiga las acciones llevadas a cabo en contra de los bienes económicos y culturales, así como también contra civiles.

martes, 14 de agosto de 2012

Rubén Plataneo: “Si hay algo que destaca al cine, además de sus recursos estéticos, es que siempre establece una nueva relación con el público” (*)

ROSARIO BAFICI 2012. ENTREVISTA CON EL DIRECTOR DE POST Y EL GRAN RÍO

Rubén Plataneo (**)
 Graciana Petrone

Rubén Plataneo, director artístico del Bafici Rosario 2012, uno de los festivales internacionales de cine más importantes del país, habló sobre la nueva generación de realizadores argentinos, de la excelencia de producciones independientes y de la cultura del consumo estético, como también de la eterna y desigual competencia de las salas comerciales “que funcionan como un “tanque, copadas por las grandes distribuidoras globales”.

El Bafici 2012 es un encuentro que reúne 29 grandes películas independientes, entre las que se encuentra tu realización El Gran Río, que impactó hace unos meses en el público rosarino...
Las funciones de El gran río en Rosario fueron a sala llena y ahora estamos trabajando para estrenarla en Buenos Aires. Es una programación muy buena la que hemos logrado amalgamar en este Bafici. Además de la cantidad de ciclos que hacemos en pos de la difusión del cine, estamos convencidos de que toda esta difusión sirve para mejorar la calidad de realizadores, de público y de mejores películas locales. El hecho de que los miles de espectadores que reúne el Bafici 2012 en Rosario puedan acceder a las películas que no van a pasar por las salas comerciales es realmente muy importante. Cada vez más, y no solo en Rosario sino en todo el mundo, las salas comerciales están totalmente copadas por las grandes distribuidoras internacionales. La mayor parte de la producción de calidad del cine internacional queda por fuera de los cines comerciales. Nuestro festival es una pantalla que juega como un circuito alternativo que está abierto para que miles de espectadores puedan encontrarse con un cine más audaz, más provocativo y más innovador.

¿Rosario es funcional a las demandas del cine independiente?
En Rosario están cumpliendo un rol importante las salas que están fuera del cine comercial estricto como son el El cairo y Arteón. También hay otras salas alternativas pero que cuentan con serios problemas de proyección, lo que no es bueno, porque las películas se hacen con mucho esfuerzo para que se escuchen y se vean bien y después, si cuando llegan al público las condiciones no son óptimas, eso juega en contra de los directores y es perjudicial. En realidad el mejor ámbito para ver películas es en la sala, ese lugar a oscuras, la pantalla grande, con buen sonido. Nosotros seguimos reinvindicando esta forma de ver el cine, de la gente que va a tener un encuentro personal con una expresión cinematográfica.

¿Qué otros problemas existen, además de la calidad de la sala?
Afortunadamente en Rosario hay salas alternativas, hay mucho material, pero es muy difícil programar y para eso tendría que haber programadores y amplitud de criterios. Falta organizar y concientizar las grillas, que todo el mundo tenga las mismas posibilidades. Sobre todo, es muy difícil convencer a los dueños o responsables de salas para que las películas alternativas continúen en cartel el tiempo suficiente. Se esfuma el boca a boca, o la recomendación personal, lo que es muy importante para películas de este tipo.

¿Hay una nueva cultura de consumo del cine por parte de los espectadores?
Siempre está cambiando. Eso es algo que nunca ha quedado fijo o estratificado. Siempre hay cambios en los espectadores porque se van modificando también las necesidades, los dispositivos tecnológicos, la temática y las formas de tratamiento sobre un mismo tema también. Siempre va a haber un público joven que se interese por nuevos tipos de producciones. Si hay algo que destaca al cine, además de sus recursos estéticos, es que siempre establece una nueva relación con el público.

LA "NUEVA GENERACIÓN DE DIRECTORES ARGENTINOS"
Este año tenemos un quinteto de invitados excelentes. Es claro que ha surgido una camada de nuevos directores argentinos, que el cine está atravesando un nuevo período de cambio y que eso se verificó en el último Bafici con la gran cantidad de realizaciones nuevas. Es por eso que organizamos una entrevista abierta con nuevos directores argentinos para que puedan compartir los cinéfilos con esta nueva camada de directores argentinos.

EL BAFICI, UNA FIESTA DEL CINE
Cuando hicimos el Bafici todos estos años nos esforzamos mucho para traer a los directores para que charlen con el público, porque así la gente puede preguntar acerca de sus dudas, puede profundizar las pulsaciones que le dejó la película o pueden encontrarse con ideas inusitadas que tienen los realizadores respecto al film. De esos se trata el festival, justamente es una fiesta del cine. Para realizadores como yo, ese es un aspecto en el que tenemos mucha confianza. A mi película, por ejemplo, la acompaño a todos lados, trato de charlar con el público porque eso es lo que produce un fenómeno de cine por otros medios.


(*)
La entrevista fue realizada en el programa Viaje a Babilonia, que se emite por FM RAdio NAcional Rosario y que conducen Graciana Petrone y Federico Gayoso.


(**) Epígrafe: Rubén Plataneo redise en Rosario, estudió en la Escuela Taller del Cine Club Santa Fe. Fundó y coordina Calanda Producciones. Dirigió cortos como Historieta, Post, Viernes y La extinción de la especie, además de videoclips y los documentales para televisión Muertes indebidas (2005), Dante en la casa grande (2009), Tanke P.A.P.I. (2010) e Isla de fuegos (2011). (Fuente biográfica Bafici.gov.ar).

viernes, 27 de julio de 2012

Una obra que invita a recordar: 20.25, quince mujeres hablan de Eva Perón, de Lilia Lardone




Graciana Petrone
Lilia Lardone
La reconocida escritora cordobesa Lilia Lardone acaba de publicar su último libro 20.25, quince mujeres hablan de Eva Perón, de Editorial Sudamericana. La obra registra el testimonio de quienes fueron entrevistadas por la autora en colaboración con Yaviv Durán y que respondieron a la consigna de recordar la noche del 26 de julio de 1952 cuando la voz de Jorge Furnot anunció por cadena nacional la muerte de la primera dama o, acaso, su paso a la inmortalidad.

20.25…quince mujeres hablan de Eva Perón, ¿cómo se decide a hacer este trabajo?
El libro surge como idea dentro de mí hace varios años por una conversación, como suelen surgir las mejores ideas…En unas de esas horas de ocio creativo con una amiga hablábamos de las fechas, de cómo ella había puesto el cuerpo en toda su pasión y trayectoria y surgió la idea en mí de convocar el momento preciso en que cada uno se hacía cargo de la noticia. Yo tengo muy fresco ese momento, tenía casi 11 años y estábamos con mi madre en una función de cine, porque era sábado, vivíamos en un pueblo, se suspendió la función y recuerdo ese silencio afuera, a los grupos de gente en medio de la noche y también ver a mamá con una lágrima. Eso me descolocó porque yo la había visto llorar solamente por la muerte de mi padre. Todo eso creo que tuvo una raigambre muy fuerte en la construcción del imaginario de la infancia, de cómo van planteándose ciertos enigmas. Han pasado seis décadas y recién ahora tuve la necesidad de meterme de lleno en el tema.

No todas las mujeres que expresan sus testimonios en el libro eran peronistas, ¿cómo fue el trabajo previo de selección de las entrevistadas?
Fue lentísimo. Se encaró desde un punto de vista más o menos personal, no había ninguna institución que patrocinara un trabajo de campo y entonces con Yaviv Durán, que después es quien ayuda con las entrevistas, fuimos detectándolas. Las redes también tuvieron lo suyo y ayudaron a conseguir mujeres porque las condiciones eran que tuvieran memoria, que quisieran hablar y que nosotros fuéramos armando de ese rompecabezas una especie de mosaico del pensamiento político que atravesaba la Argentina en la mitad del siglo pasado; buscar una especie de equilibrio con representantes de distintas tendencias, incluso las apolíticas y así se fueron conformando.

¿Hay un hilo conductor en estos relatos o un discurso común si bien provienen de fuentes diversas?
Algo para observar es que se les pedía que recordaran el momento y al final se les pedía que realizaran una reflexión desde el hoy, y aún las más acérrimas enemigas de Perón (antes no se usaba la palabra gorila sino que se utilizaba la palabra contra) a la distancia decían ‘Bueno, pero ella en realidad hizo…’ ‘Ella, pobrecita…’. Es como si el tiempo hubiera aminorado las virulencias de las pasiones. Otra cosa que me llamó la atención en el conjunto de opiniones es por qué Eva Perón surgió y tuvo tanto peso. Todas estas mujeres hablaban ‘Decía mi papá, decía mi marido…’ Es decir, ellas no eran demasiado dueñas de la palabra. Y en esa época, cuando surge Eva Perón, ella es muy dueña de la palabra y una excelente comunicadora, y sabe expresar en palabras su pensamiento y lo hace público. Debe haber sido muy fuerte para las mujeres y un modelo impactante.

Un modelo de mujer que además se enfrentaba a un aparato político donde todos eran hombres…
Muy fuerte y además inquietante. Debe haber movido ciertamente, todas las posibilidades que se abrían. El mundo exterior se abría.

La mayoría de las mujeres entrevistadas que no formaban parte del oficialismo de la época muestran su malestar por la aprobación del voto femenino porque se presentaron muchos proyectos anteriores de otros partidos políticos, pero a la vez dicen “Si esa era la manera de obtenerlo, bienvenida sea”…
Ahí está esa especie de contradicción, pero creo que lo que dicen es la segunda instancia de pensamiento: ‘Bueno, llegó y bienvenido sea’, pero creo que eso lo sostienen ahora. En aquel momento estaban muy enojadas porque el socialismo y otros partidos políticos habían presentado gran cantidad de proyectos y todos habían sido cajoneados por los mismos diputados y senadores porque no les interesaba que fuera aprobado.

ACERCA DE LILA LARDONE

Lilia Lardone es escritora, nació y vive en Córdoba. Se licenció en Letras Modernas en la Universidad Nacional de Córdoba, especializándose más adelante en literatura para niños y jóvenes. Ha desarrollado asiduamente cursos, seminarios y talleres de formación docente referidos a criterios de selección y promoción de la lectura. Ha participado y participa como Jurado en numerosos concursos literarios de Córdoba y Buenos Aires. Desde 1985, coordina talleres de escritura y corrección de estilo. Su obra literaria comprende narrativa, poesía, ensayo y libros para niños. Entre otros títulos, pueden citarse las novelas Puertas adentro, Esa chica y La fábrica de cristal, los libros de cuentos Vidas de mentira y Papiros, los poemarios Pequeña Ofelia y diario del río. Entre las obras para público infantil se destacan la novela breve Caballero Negro (Premio Latinoamericano de Literatura infantil 1999 de Norma/Fundalectura, Bogotá, Colombia), La niña y la gata, Los Picucos, Benja y las puertas, El nombre de José, El día de las cosas perdidas. Compiló las antologías Es lo que hay, narrativa joven de Córdoba, y Córdoba Cuenta, veinte autores de literatura para niños. Recientemente ha publicado, en coautoría con María Teresa Andruetto, Ribak, Reedson, Rivera. Conversaciones con Andrés Rivera. www.lilialardone.com.ar. (Fuente biográfica: megustaleer.com).

(*) Entrevista realizada en el programa Viaje a Babilonia, que se emite los martes de 16  a 18 por FM 104.5, Radio Nacional Rosario  que conducen Graciana Petrone y federico Gayoso.

jueves, 26 de julio de 2012

Nicolás Gil Lavedra: “Todos tenemos que colaborar desde donde podemos para que aparezcan esos chicos. Yo encontré la manera, haciendo cine” (*)

Nicolás Gil Lavedra, director del film Verdades veraderas, la vida de Estela
Graciana Petrone

Después de recibir numerosas distinciones en festivales internacionales la película Verdades verdaderas, la vida de Estela, de Nicolás Gil Lavedra, fue nuevamente premiada con el Signis-Wacc de Derechos Humanos 2012, galardón entregado por dos organizaciones mundiales católicas. El joven cineasta nacido en 1983 e “hijo de la democracia”, como él se identifica, contó que al film que narra la historia de Abuelas desde el entorno familiar de Estela de Carlotto, siempre lo vivió como a una cuestión de los argentinos y que “si hoy hay 400 chicos por encontrar es un tema nuestro, no sólo de las víctimas y los familiares. Todos tenemos que colaborar desde donde podemos para que aparezcan esos chicos. Yo encontré la manera, haciendo cine”.

¿Cómo recibiste este nuevo premio?
Muy contento porque primero siento que es un reconocimiento a la lucha de Estela y a todas las abuelas, sumado a que dos organizaciones católicas internacionales reconozcan las luchas de Abuelas me parece algo increíble y, además, el premio a la película que es como un mimo. Con todo lo que cuesta, sobre todo cuando uno toca un tema tan sensible para todos nosotros. Recibir un premio así nos dice que todos los que participamos hicimos las cosas bien. En ese sentido es un orgullo por el equipo y por la gente que lo hizo posible.

¿Cuánto tiempo de trabajo demandó la película?
Fueron ocho años de mucha investigación de ver qué se contaba y cómo se contaba. Hay muchas películas sobre la dictadura y queríamos que ésta no fuera una más. Esta película habla de Estela y de las abuelas y nos pareció importante que, dado el momento que se está atravesando en materia de Derechos Humanos, queríamos que se cuente de la mejor manera posible y que no pase a ser una película más en el tema.

¿Cuánto influyó en tu rol de cineasta el haber crecido en un entorno familiar con tanto compromiso político?
Soy hijo de la democracia. Nací en el 83. Mi mamá fue de las primeras asistentes sociales que participaron con Abuelas y en las primeras restituciones de los Nietos. Mi papá (por Ricardo Gil Lavedra) formo parte del Juicio a las Juntas en el 85. Empecé estudiando para abogado y cuando me decidí a hacer cine empecé con un corto sobre un chico que decían que podía ser hijo de desaparecidos. Era como una necesidad mía de contar lo que se vivía en mi casa, de contar mi historia. Siempre lo viví como que si hoy quedan 400 chicos por encontrar es un tema de todos los argentinos, no sólo de las víctimas y los familiares. Todos tenemos que colaborar desde donde podemos para que aparezcan esos chicos. Yo encontré la manera, haciendo cine. Todo el mundo puede con lo que hace colaborar un poco con esa causa.

La película fue premiada también en otros festivales internacionales…
Estuvimos en Viña del Mar, en donde Susú (Pecoraro) ganó como mejor actriz. Estuvimos en Omán y ganamos como mejor película de no habla árabe. Que es rarísimo porque una película con una historia tan nuestra pero que a la vez está contada de una manera muy universal y que tiene como protagonista a una mujer con una historia tan distinta a la de ellos. Pero en definitiva hay un reconocimiento porque obtuvo el premio a la mejor película. En España ocurrió lo mismo en el Festival de Lérida, que recibió el premio del público y así hay varios, por Tolousse y otros lugares a los que algunos no pude ir, en ocasiones por presupuesto o por que tenía otras obligaciones. Pero también está bueno porque la película va teniendo su propia vida y ya no es de uno sino que es de la gente.

¿Estás trabajando en otro proyecto actualmente?

Ahora estoy trabajando en una comedia que no tiene nada que ver con todo lo que hice, tratando de correrme del lugar de contar historias que tienen que ver con lo social. Es por una cuestión de tranquilidad mental porque es mucha responsabilidad contar historias que tienen que ver con todos nosotros. Este trabajo es una comedia liviana con la problemática de la vida de los jóvenes de 30, en donde no intento contar algo más allá de lo que se va a haber. Es mucho más accesible y, ya que yo estoy entrando a esa franja de edad es que hablo de cosas más cercanas. También estoy haciendo un corto que es sobre historia argentina pero muchos detalles no puedo dar porque es por encargo y estoy seguro que voy a volver a hacer algo sobre la temática porque creo que la historia argentina me persigue. Es una manera de contar la historia puertas a dentro. Así como en la historia de Estela se contó desde su familia y entorno y no se mostró el horror porque el horror ya se vio, creo que si me buscan es por eso.

VERDADES VERDADERAS
La realización cuenta la lucha de la presidenta de las Abuelas, Estrela Carlotto, por recuperar la identidad de cientos de niños apropiados durante la última dictadura militar. El galardón, otorgado por la Asociación Mundial Católica para la Comunicación (Signis) y la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (Wacc), fue entregado al joven cineasta en la sala Williams del Centro Cultural Borges de la Ciudad de Buenos Aires.

FICHA TËCNICA
Dirección: Nicolás Gil Lavedra
Guión: Jorge Maestro y María Laura Garagarella
Estreno (Argentina): 17 Noviembre 2011
Título Original: Estela
Género: Drama - Biopic
Origen: Argentina
Duración: 97 minutos
Actores: Susú Pecoraro, Alejandro Awada, Rita Cortese, Inés Efron, Fernán Mirás, Guadalupe Docampo, Nicolás Condito, Carlos Portaluppi y Laura Novoa.

 (*) Entrevista realizada en el programa Viaje a Babilonia, que se emite los martes de 16  a 18 por FM 104.5, Radio Nacional Rosario  que conducen Graciana Petrone y federico Gayoso.

martes, 26 de junio de 2012

Exitosas presentaciones de El secuestro de Isabelita: humor político, historia y drama en el Centro Cultural La Nave

TEATRO

Graciana Petrone

"Qué lindo que va a ser / el hospital de niños en el Sheraton hotel / Qué lindo / qué lindo que va a ser / Central campeón del mundo / y Perón que va a volver ./ Cuánta lindeza o lindura / en aquellos años / donde todo era lindo / como los sueños / o los delirios". Casi como una replica de lo escrito por Roberto Retamoso en La primavera camporista y otros poemas, los protagonistas de El secuestro de Isabelita gritan su verdad en el escenario del Centro Cultural La Nave. Eufóricos, audaces y temerarios también caminan por los límites de lo ingenuo, de lo inasible, de lo que creyeron posible aunque en realidad, poco de aquello tuvo un buen final.

Queda claro, entonces, porqué el director teatral y también responsable de la sala, Walter Operto, explica antes de cada puesta en escena que “se trata de un humilde homenaje para quienes lucharon y murieron por sus ideales durante la década del ‘70”.

El secuestro de Isabelita cuenta con dramaturgia y dirección del platense Daniel Dalmaroni quien participó en 2011 de la elección de los actores rosarinos que integran el elenco que actualmente está bajo la coordinación general del experimentado Operto.

Con el sello distintivo de Dalmaroni la trama combina humor político y ácido y versa sobre el accionar de una célula de la organización Montoneros que fue expulsada de la misma por ser “demasiado militarizada” y vehemente y que cree haber secuestrado a Isabel Perón de su residencia de Olivos.

LA HISTORIA

La historia transcurre durante el primer lustro de los años ’70. Una elegante mujer, vestida con traje azul y blanco, se esfuerza por convencer a un grupo de jóvenes guerrilleros que no es Isabel Perón sino la mucama de la residencia de Olivos que en ausencia de ella entró a la habitación presidencial y jugó a disfrazarse de Isabelita probándose su ropa. Ese error los llevará a entablar diálogos propios de una comedia delirante y a reflexionar desde sus vivencias personales hasta el mismo curso de la historia del país.

“Perón no nos falló porque la última presidencia de Perón no fue la última presidencia de Perón sino la primera de Holgado, un tipo muy parecido al general”, sostiene uno de los protagonistas, situación que genera una explosión de alegría por parte de sus compañeros que, armas en mano, comienzan a abrazarse y besarse mientras gritan emocionados: “¡Perón no nos traicionó!”. Diálogos de ese tenor son los que completan el desopilante guión de Dalmaroni, también cargado de una intensa crítica de la realidad política de la época.

Con un final trágico, coherente con el espíritu revolucionario de los ’70 y lejos de cuestionar el accionar de la guerrilla, El secuestro de Isabelita muestra a aquellos jóvenes que, casi como una utopía y tal vez con demasiada vehemencia, lucharon y murieron por sus convicciones en manos de las patotas comandadas por López Rega y, más tarde, muchos otros pasaron a formar parte de la lista de los 30 mil argentinos desaparecidos durante la última dictadura militar.

COMPROMISO Y MILITANCIA
El secuestro de Isabelita se presentó el pasado martes 19 de junio en LOA Espacio Proarte, de la ciudad de santa Fe. “Nos convocaron nuevamente para realizar dos funciones más, algo poco frecuente con obras sobre teatro político”, contó Operto. Para el director rosarino la causa del éxito de la puesta de Dalmaroni reside en que “en el país se vive un proceso de revalorización de la militancia joven y del compromiso político”.

En Rosario, la obra estará en cartel durante junio y julio, todos lo viernes a las 21 en el Centro Cultural La Nave/La Bancaria, de San Lorenzo 1383. “En julio – auguró Operto - El secuestro de Isabelita continuará los viernes y los sábados se repondrá Esa mujer llamada Evita, ya que este año se cumplieron 60 años de su muerte, por lo cual dedicaremos funciones a las dos mujeres de Perón (al menos las conocidas)”.

FICHA TÉCNICA

Dirección y dramaturgia: Daniel Dalmaroni
Coordinación general: Walter Opetro
Actuan: Angie Ambrogi. Roberto Malaguarnera. Juan Onetto. Anabela Agostini. Aldana Suarez Alesandra Roczniak. Lisandro Quinteros. Juan José Gonzalez