Literatura y violencias antiguas y actuales. Dos asesinos a sueldo y un jefe de cártel de drogas, veteranos de
Malvinas y policías mediocres son parte de la escena en la que dos
militantes del ERP revisan su pasado revolucionario en un relato de
enorme tensión difícil de abandonar.
Por Graciana Petrone
Como si no alcanzaran en una sola historia –para generar suspenso y
acción extrema– dos asesinos a sueldo y un jefe de un cártel de drogas
mexicano herido por una amante que huyó robándole más que el corazón, en
Los cuerpos y las sombras (Editorial Edhasa),
del rosarino Eduardo Sguiglia, aparecen también un ex veterano de la
Guerra de Malvinas, unos policías mediocres y dos militantes del
Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) que se encuentran después de 30
años y que son el eslabón principal de una cadena de persecuciones,
violencia y muerte.
En 17 capítulos cortos el autor entrega una novela de aventuras en la
que no faltan los personajes, sucesos y elementos característicos del
género como el misterio, los cambios constantes de escenarios y también
la heroína y el hombre que por amor siente que debe protegerla del
peligro. Audaz, el autor hace que la historia transcurra en Texas,
Distrito Federal de México y Buenos Aires hasta terminar en una casa de
campo en las afueras de Rosario.
Pero además, sus protagonistas viajan a un pasado que será determinante
de lo que les ocurra en el presente: los años de militancia en la
Argentina durante la última dictadura y el posterior exilio, el África y
hasta la Guerra del Golfo Pérsico. Así, con especial hincapié en la
descripción de los lugares, los personajes y las circunstancias,
Sguiglia muestra cada fragmento de la novela como si fuera el pasaje de
un guión cinematográfico y logra que la tensión en el lector no ceda
sino hasta la última página.
La “Operación Gaviota”
La historia comienza con el reencuentro de Miguel y Ernesto, después
de más de tres décadas de no verse, en la casa de campo de Miguel, en
una localidad poco poblada del sur santafesino. Ambos fueron miembros
del ERP, organización armada que llevó adelante lo que se conoció como
“La Operación Gaviota”, fallido intento que buscó asesinar al ex
comandante Jorge Rafael Videla a fines de 1976, a casi un año de que el
militar asumiera como presidente del país.
Sin embargo, por un error en la sincronización de los explosivos el ERP
no logró su objetivo, que era hacer estallar en el Aeroparque Jorge
Newbery al avión que había abordado Videla junto a otros integrantes de
la Junta militar. En la noche del reencuentro, los dos hombres evocan
sus días de militancia, el peligro vivido y su exilio pero también hay
reproches, en especial por parte de Ernesto, quien no le perdona a
Miguel que haya abandonado la organización.
Un sentimiento de culpa se mezcla con un dejo de nostalgia y los ex
militantes discuten sobre cómo hubiera cambiado el destino del país si
la “Operación Gaviota” hubiera funcionado mientras uno de ellos dice:
“¿La vida de cuántos compañeros presos o desaparecidos hubiera costado
la de Videla? ¿De veinte? ¿De cien? ¿Doscientos? ¿Y la de Martínez de
Hoz, Harguindeguy y del resto de los hijos de puta que viajaban en aquel
momento en el avión? Aun así, ¿hubiese valido la pena? ¿Hubiera sido
otra la Argentina? ¿Se hubiese desplomado la dictadura?”.
De narcos y mercenarios
El dueño de casa evita al principio contarle a Ernesto la verdad
sobre la vida que llevó luego de abandonar el ERP, aunque lo hace
después de varias botellas de vino. Así, le confiesa que viajó a Angola,
que estuvo involucrado en el mercado negro de diamantes en el África y,
gracias a quedarse con algunas piedras preciosas, se fue a México en
donde conoció a Andrea, su mujer. Al mismo tiempo que los ex militantes
comparten un asado en la finca, dos mercenarios buscan por las rutas
santafesinas a la esposa de Miguel.
Los asesinos a sueldo fueron contratados en Texas por un poderoso
narcotraficante que fue amante de Andrea y que no le perdona su abandono
y, mucho menos, que le haya robado miles de dólares.
Del mismo modo que el ERP no pudo impedir la continuación de la última
dictadura en la Argentina, poco podrá hacer Miguel para evitar el
desenlace fatal en su presente. “Los cuerpos y las sombras –señala la
contratapa del libro– es el cruce de dos mundos: pistoleros que matan
sin mirar a quién y viejos guerrilleros que siguen presos de las
paradojas de la historia, y que no alcanzan a descubrir si fue un alivio
o una fatalidad que aquel atentado fracasara”.
Como libros de viaje
Eduardo Sguiglia nació en Rosario, en 1952. Es economista y escritor.
Durante la última dictadura militar en el país estuvo exiliado en
México. En 1983 fue el primer embajador argentino en El Congo y al
regresar a la Argentina trabajó como docente de la Universidad de Buenos
Aires (UBA). En la función pública ocupó los cargos de presidente del
Ente Regulador de los Aeropuertos y de la Comisión Nacional de Defensa
de la Competencia, como también se desempeñó como subsecretario de
política latinoamericana.
Las experiencias en México y en el Tercer Mundo le sirvieron a Sguiglia
como base para escribir muchas de sus novelas. Tal es así que en Ojos
negros (Editorial Edhasa), una de sus anteriores novelas, el rosarino
muestra una historia que, al igual que Los cuerpos y las sombras,
transcurre en Buenos Aires, África y México, como también roza el drama,
la aventura y la acción. Incluso, su protagonista se llama Miguel,
aunque en este caso se trata de un cuarentón desempleado que tras la
crisis de 2001 en Argentina siente que su vida ha perdido el rumbo y en
ese contexto recibe una propuesta para un trabajo poco convencional en
el África. Una vez en tierras de Angola y el Congo –los países donde
transcurre la mayor parte de las escenas– nuevos personajes lo acercarán
al despiadado mundo del poder y las piedras: asesinos a sueldo, mineros
explotados por grupos insurgentes, empresarios inescrupulosos y hasta
extranjeros solitarios que transportan diamantes en sus intestinos para
luego venderlos en el mercado negro a cifras exorbitantes.
Sguiglia publicó, entre otros libros, No te fíes de mí si el corazón te
falla y Un puñado de gloria. Fordlandia (1997), una de sus primeras
novelas de ficción, cuenta acerca de un proyecto de autoabastecimiento
de madera de alcornoque que llevó adelante el empresario estadounidense
Henry Ford, cansado de pagar el caucho en el mercado a mucho más de su
valor. Actualmente, el libro es utilizado como material de estudio en la
Facultad de Ciencias Económicas de la UBA
Nota publicada en el diario El Ciudadano.
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