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martes, 23 de junio de 2009

Los Rosariazos


Una producción “bien de acá”. La película-documental es un trabajo de investigación y recopilación realizado a pulmón por el editor, camarógrafo y cineasta local, Charly López.


por Graciana Petrone


Con una camarita a rollo Kodak, aún adolescente, entre los escombros y las luces que desató el polémico 1978 cuando Argentina ganó el mundial de fútbol, Charly López registró sus primeras fotografías urbanas. Obsecuente y tenaz, hoy trabaja como camarógrafo en un canal de cable local. Durante una conferencia de prensa en Tea, contó a los alumnos de periodismo que en forma progresiva buscó un perfil de trabajo orientado a la composición de la imagen física. De este modo, casi tres décadas más tarde, formalizó un proyecto personal de incalculable valor histórico: la película-documental Los Rosariazos.
“Mis primeros trabajos de fotos se relacionaron con cuestiones barriales y sociales, retrataba acontecimientos que ocurrían en la calle y con mis vivencias diarias”, expresó el artista. Asimismo, confesó que mientras recopilaba imágenes con su vieja cámara Kodak nunca “se le cruzó por la cabeza” realizar producciones cinematográficas.
En el mismo lugar en que surgió la idea del proyecto Los Rosariazos, López relató a los alumnos presentes que la película fue una “cuestión casual” promovida por un trabajo práctico de unos estudiantes de Tea hace cinco años. “Había una muestra de Carlos Saldi, uno de los pocos fotógrafos que registró la revuelta del 69 en la ciudad y a través de ese hecho surgió la idea del film”, recordó.
El editor sintetizó la exhaustiva y ardua labor de Los Rosariazos como “un trabajo de campo” y, como tal, le llevó casi un lustro buscar, indagar, comparar, clasificar y editar videos, fotos y declaraciones.
“Yo no tenía nada, por lo que el proceso de campo fue justamente recuperar las imágenes fílmicas del Rosariazo”, explicó. Al tiempo, agregó que en apariencia no existían registros de video de la revuelta del 69; se contactó con archivistas, coleccionistas y hasta gestionó un crédito bancario para costear las etapas de investigación y edición. Por otra parte, dijo que su trabajo actual como camarógrafo y editor en un canal de cable local, le permite aprovechar algunas “cuestiones técnicas”, además de percibir un ingreso fijo todos los meses.
Un proceso hecho a pulmón, cinco necesarios años de un arduo trabajo investigativo, asesores periodísticos y un equipo de trabajo incondicional, fueron los ingredientes para la realización del proyecto. De este modo, el documental Los Rosariazos plasmó, sin lugar a dudas, el sacrificio consecuente de un bohemio. “Pasión, sobre todas las cosas, sin pasión no se podría haber hecho”, finalizó el actual director cinematográfico.

La película-documental del cineasta local Charly López se exhibió en el anfiteatro del Parque España el 21 de mayo. Contó con la participación en producción del periodista Oscar Bertone, Eduardo Van Der Koy como supervisor de contenidos, Noni Ceruti en investigación histórica, Quique Pesoa en locución y en música, con la colaboración desinteresada del integrante del grupo de rock local Degradé, Nahuel Marquet.

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